A modo de respuesta a Jorge Lirola sobre personalismos en el Milenio

Antonio García Vargas

Profesor de Métrica

Flaco favor se hace a una organización que busca la unidad de los almerienses en unas jornadas que podrían ser entrañables de no ser porque siempre se confunden los términos y motivaciones, como en este caso, y aparecen los fantasmas personales de cada cual. ¿Cómo se puede hablar de nombramientos a dedo en una Asociación que comienza?

José Fuentes

Como toda asociación de ideas de futuro que se inicia, se nombró una Comisión, que es lo que se hace por lógica, entre los presentes. He asistido a las distintas asambleas y solo he visto un equipo que lucha dentro de sus límites (que son muchos) para que esta ardua labor prospere. El impagable trabajo del señor Fuentes y su equipo, en conjunto, me parece digno de alabanza, no de demérito. Incluso la de usted, cuando cumple con el cometido en el que se implicó voluntariamente, y no como fiscalizador cuando lo fundamental ya sido realizado. Es por ello, y sin ánimo de molestarle, señor Lirola, que me veo en la necesidad de decirle que este afán absurdo de protagonismo me parece fuera de lugar.

Esta dirección, de la que no formo parte por incapacidad de hacerlo mejor que ellos (y porque no me gusta la figuración), señor mío, ha luchado por sacar adelante una labor que correspondía a las remisas Administraciones y cuya recompensa emana del trabajo bien hecho y de haber conseguido involucrarlas en cierta medida. Aquí no hay prebendas, ni laureles, ni sueldos, ni debería haber bandos enfrentados pues esto no es un partido político al uso cuyos miembros buscan la realización personal en la dentellada, señor Lirola. Nadie cobra, salvo en concepto de «evanescente cosa» o beneficio interno, que es sumamente gratificante cuando se aprecia y que solo puede proporcionar el trabajo bien hecho y la íntima satisfacción de haberlo llevado a cabo. Como así ha sido.

Usted tiene un papel cultural de innegable valor dentro de esta junta directiva, desde mi punto de vista. Valórese en positivo como lo que es; elévese hasta donde merece su conocimiento y a través del mismo, es decir: ¡como divulgador eficiente de un determinado periodo histórico de la ciudad! Los egos, ¡cuánto más si son para dividir!, carecen de valor aquí, donde lo que predomina (o debe) es el trabajo de conjunto y la satisfacción que proporciona el sudor íntimo generado,

No apreciar como corresponde la labor del equipo en general y del Señor Fuentes en particular  es injusto y poco aconsejable, además. Presentar esta cuestión interna a través de los medios, lleva implícita -pienso- una deslealtad hacia el proyecto y hacia el compañero pero sobre todo hacia el presidente. Y esta deslealtad latente no es solo injusta; diría incluso que es un lastre innecesario en este tipo de realizaciones ciudadanas donde lo primero a tener en cuenta es el amor a Almería, su devenir histórico y sus intereses generales -sobre todo culturales-, como cimiento de nuestro ser y compañera de viaje en lo sentimental del ser almeriense; huela milenaria en positivo que permanece inscripta en lo más profundo del genoma heredado.

Estar en el primer plano de la foto es secundario, señor mío. Y si la ardua tarea inicial ya ha sido hecha con solvencia pese a las innumerables estacas entre las ruedas, ¡a qué viene esto de perderse en la banalidad de la metafísica de las formas, hombre!