Juan
Francisco Plaza
Articulista
Podría
parecer el eslogan de una campaña publicitaria institucional el frontispicio de
este artículo. Simplemente bastaría con cambiar el calificativo sucia por
bonita, ya nos gustaría, pero no, no es así. Ya se
ha escrito aquí, más de una vez, y en los demás medios, que Almería es una
ciudad muy sucia y nadie con responsabilidad hace algo al respecto para
remediarlo.
Como muestra, un botón |
No
entiendo esta dejadez por omisión de nuestras autoridades municipales,
sinceramente. Verano, máxima afluencia turística, Almería en el punto de mira
de medios y redes sociales por posibles visitas regias en períodos vacacionales
y la capital dando una imagen impresentable de acumulación de basuras y malos
olores.
Mientras
se pregonan a los cuatro vientos, nuevas y magnas obras faraónicas por parte de
nuestros “ínclitos” munícipes, algunas en estado avanzado de gestación, se
abandona, por otro lado, lo esencial en una comunidad: la conservación y
limpieza del patrimonio e infraestructuras existentes.
Al
parecer, las grandes obras proyectadas en Almería tipo Plan Urban y por ahí reportan mucho rédito político. ¡Digo yo, que no acabo de verlo tan claro! Los
políticos andan cada vez más alejados del sentir ciudadano y así les luce el
pelo.
¿A
ninguna lumbrera con responsabilidad en la materia se le ocurre darse una
vuelta por estos lares citados aquí y comprobar “in situ” el estado tan
lamentable de la zona? La delegación municipal de Urbanismo está allí mismo,
frente al foco de infección. ¿Ninguno de nuestros representantes del
consistorio pasa por allí?
Luego,
cuando lleguen las elecciones municipales y aparezcan los Arriolas de turno
para valorar y analizar los resultados electorales, se buscaran mil y una
razones ajenas a este problema, para explicar y argumentar los presumibles
descalabros.
A
ningún sesudo representante de nuestra administración local, se le ocurrirá
pensar entonces, que, a lo mejor o peor, el ciudadano medio de a pie no quiera
tanta opulencia en costosas obras y sí, en cambio, que las existentes se mantengan
con un cierto grado de dignidad y aptitud para su uso.
Todo lo que se comenta en este artículo es la pura realidad, que vivimos y padecemos los que trabajamos en la zona. Una pena y una auténtica dejación por parte de la administración local.
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