Iván
Gómez
Redactor-Jefe
de Diario de Almería
Juntos
pero no revueltos. Todos, o casi todos, con el candidato Pedro Sánchez, con el
que los militantes de la Agrupación Municipal del PSOE de la capital se
volcaron en la jornada electoral del domingo, pero con diferentes criterios a
la hora de elegir a los 29 delegados del congresillo provincial que se celebra
el próximo domingo. Y es que hay dos bloques enfrentados, como en tiempos
pretéritos en los que se batían en duelo en cada una de las asambleas los
guerristas y los renovadores, y las posturas hoy por hoy son irreconciliables. La
casa de los líos de la familia socialista almeriense mantiene una soterrada
contienda entre la comisión ejecutiva que encabeza desde hace poco más de un
año el exalcalde Fernando Martínez y un sector crítico que en la última cita
con las urnas eran liderados por el economista Francisco Giménez y en esta
última ocasión por José María Garrido. Unos auspiciados por Juan Carlos Pérez
Navas y los otros por Adela Segura, ambos al frente del proyecto socialista en
la provincia bajo la tutela de José Luis Sánchez Teruel. Fuego amigo y tensión
para dar y regalar, como se pudo apreciar en lo que iba a ser la fiesta del
socialismo en la sede de Pablo Iglesias.
Fernando Martínez |
El
partido en la capital continua inmerso en luchas subterráneas bajo una apacible
superficie y las trifulcas internas brotan cada vez que llega un proceso
interno sea cual sea su calado. Querían llegar por dos caminos al nuevo tiempo
de Susana Díaz (Sevilla, 1974) y las dos listas que se presentaron al inicio
quedaron finalmente en una de integración por imperativo de la ahora presidenta
sólo minutos antes del comienzo del cónclave. El domingo a la hora de
izar en la capital la bandera del cambio que ya representa Pedro Sánchez
(Madrid, 1972) sí que volvieron a colisionar al ser nuevamente dos las
candidaturas por las que viajar al mismo destino. Discurso común de
transparencia, regeneración y apertura pero grandes diferencias de criterios,
más vinculadas alas oportunidades y oportunismo que a los proyectos e ideas,
hacen de la Agrupación
un campo de batalla. Es la eterna penitencia de las dos listas, una condena que
llevó a la organización en la capital a sufrir su peor batacazo electoral en
las municipales de 2011. La herida no cicatriza tres años después y los mismos
errores se repiten.
El
desgaste lo sufre el partido, si bien el resultado de la jornada del domingo ha
dejado contra las cuerdas al bando de los críticos, los adelos que no
dudan en cargar contra la dirección después de las europeas, en las que se
mejoró el resultado en una veintena de los barrios de la ciudad, ni tampoco
días antes del domingo para dejar constancia de su rechazo a la lista
presentada por el catedrático de Historia cuestionando su ausencia de
autocrítica y desinterés por la unidad del partido al no aceptar su propuesta
de negociación de la candidatura. La militancia avaló mayoritariamente, con un
65% de sufragios, la lista oficialista, lo que Fernando Martínez entiende que
es un “espaldarazo” a la gestión de la dirección y a su propuesta para premiar
a militantes y afiliados de los barrios y los movimientos sociales y
sindicales. “Son los que dan la cara por nuestro partido, sus referentes en la
ciudad por su comportamiento desinteresado y ejemplar. Así lo han entendido los
socialistas de la capital al votar mayoritariamente la propuesta de la comisión
ejecutiva”, asegura el exalcalde de Almería. Si resultó elegido en abril
de 2013 por un 47,8% de los votos, en la jornada del domingo alcanzó el 65%. La
diferencia con los críticos ha crecido de 20 a 31 puntos, un desgaste para los gregarios
de la causa alternativa que les acabará pasando factura en las primarias de
septiembre. Nada más terminar el recuento, José María Garrido y Mari Carmen
Ortiz -de la lista de los adelos-felicitaron al secretario general por la
victoria. Vuelta a la normalidad, aparente, después de días de llamadas y
negociaciones a múltiples bandas. Pronto llegará otro episodio de la guerra
fría.
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