Antonio Felipe Rubio
Periodista
Imagine
a los consuegros preparando la boda: fecha, hora, escenario, convite,
invitados… y, tras alcanzar un acuerdo en todos los extremos, los padres de la
novia deciden adelantar los fastos al día anterior de la fecha acordada y se
despachan con un “lo siento, ha habido un malentendido”.
Evidentemente,
lo del malentendido es más ofensivo que cualquier otra improvisada excusa, y
sólo se entiende desde el desprecio y la desafección.
Presentación del logo del Molenio de Almería |
La
maleducada y ofensiva acción de la
Junta tiene un precedente, delatado en las acciones
subsiguientes. La
reciente visita de Susana Díaz a Almería fue jalonada por actos como la
reanudación de las obras -plantadas por falta de pago- en la redia del
Almanzora y el abastecimiento de ¡agua potable! En Albox; todo un logro de
modernidad 2.0, lujo imparable, etc. pero, dada la proximidad al Milenario, se
intentó aprovechar tan destacada visita para protagonizar y acaparar un
programa de actos lúdico-culturales que en ningún momento se le pasó por la
cabeza conmemorar a la
Junta. No se olvide que, a instancia de iniciativa ciudadana,
se urgió hacer algo con motivo del Milenario de la Taifa almeriense, pues las
autoridades de Sevilla jamás repararon en la efemérides ni previeron calendario
alguno para la conmemoración. Pero, una vez movilizado un plan de actividades, la Junta pretende rentabilizar
con dos opciones: Se hace en la
Alcazaba con Susana o se rompe el compromiso con Ayuntamiento
y Diputación… y cada uno por su lado. Y así sucedió. Se prefiere deslucir y
despeñar el acontecimiento si no es a mayor gloria de mentores de tamaños
lacayos.
Sinceramente,
el Milenario me importa una higa; tal que importa el Pendón o los Coloraos a
las autoridades que han pervertido el sentido de la historia con himnos y
fórmulas fruto de comportamientos timoratos y caprichos acomodados a ideologías
sectarias, o sucumbiendo ante perroflautas reeditores de la historia. Lamentablemente,
se conocerá la realidad de la
Taifa igual que se interpreta la Reconquista por los
Reyes Católicos o el envío de mercenarios con casaca roja desde Gibraltar.
Mientras
tanto, la taifa -la actual- continúa enraizando su trama de omertá y
desplegando el vaudeville de corrala que anime este Patio de Monipodio. Estos,
y no otros, configuran la cartelera de espectáculos que mantienen la taifa
andaluza para solaz de un pueblo milenario que afronta -camino lleva- la
celebración del Milenio Andaluz de la
Junta.
Mire, don Antonio, la celebración del Milenio solo va a servir para constatar lo que todos ya sabemos: el desapego de la Junta por Almería y la cultura.
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