Joaquín Abad
Exdirector de La Crónica
Me temo que en España se está
produciendo un cambio de ciclo. Pero no un cambio de ciclo económico, sino un cambio
de ciclo generacional de la clase política. Porque hasta ahora nos han
gobernado los hijos del franquismo, en democracia, claro. Pero casi todos los
miembros de los sucesivos gobiernos tenían lazos familiares con personajes del
antiguo régimen. De los colegios marianistas salían las hornadas, que luego
gobernaban, y eran nombrados altos cargos simplemente por haber sido compañero
de pupitre del presidente.
Eduardo Garzón |
Lo del 15-M en la Puerta del Sol marcará un
antes y un después. Porque será un después de casi cuarenta años de gobiernos
democráticos en el nombre, pero no en la forma. Cuarenta años de partidos que
imponían en lista cerrada a sus candidatos. Y estos, los candidatos, no eran
elegidos por los militantes. Nada de eso. Eran elegidos por los aparatos de los
partidos, donde se cocinaban nombres, comisiones de las grandes empresas...
Hay una corriente imparable que quiere
renovación. Sí. Una renovación del rey abajo. Rubalcaba parece que por fin lo
ha comprendido y se retira. Como se van a retirar toda una vieja guardia que
todavía quiere teledirigir los aparatos de los partidos para seguir influyendo.
Para seguir beneficiándose de esas grandes empresas que les ponen de
consejeros, les dan sueldo sólo por figurar, que no por trabajar.
El fenómeno podemos ya está contagiando
a casi todos los partidos. Hasta en Izquierda Unida van a proponer que Eduardo Garzón contrarreste al "coletas". Y los aparatos que durante cuarenta años
han llevado a este país a la ruina, al despotismo, a la corrupción generalizada,
pues les quedan dos pelados.
Y la corriente afectará incluso al
Partido Popular. Ya lo verán. O salen nuevos líderes en la derecha o la
izquierda sociológica se impondrá a un reducido grupúsculo de populares que por
la inercia conservarán algunos ayuntamientos, pero me temo que el gobierno
caiga en otras manos. Y no se equivoquen. La muñeca diabólica de La Moncloa no tiene gancho,
aunque está muy bien preparada y tiene mucho mérito, pero no vale como cartel
electoral, por mucho que Rajoy la prefiera. La cuenta atrás ya ha empezado.
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