Juan
Torrijos
Periodista
Es
complicado que les pidamos a los turistas que vienen de vacaciones, tras
semanas y meses viviendo en tristes y frías ciudades, que aquí se sigan
acostando a las nueve de la noche, no se tomen cuatro cervezas y rompan un poco
con las normas de la vida laboral. Nosotros queremos, más bien diría que necesitamos,
que vengan los turistas pero les pedimos que se comporten con educación, con
mimo exquisito diría, durante su periodo vacacional.
Aeropuerto de Almería |
No
es que se tenga que ir a la cama a las nueve, pero sí a las doce. Nada de
escándalos en las calles, cantos de serenata en la noche o conciertos fuera de
tono. Vamos, que queremos que sean buenos chicos. Que se gasten su dinero entre
nosotros, pero que no se hagan notar mucho, que no hagan ruido y que a dormir
temprano.
Los municipios
más turísticos de Almería quieren tener a sus turistas metidos en cintura. Si van
más de tres juntos es una manifestación, o un botellón si beben todos de la una
botella de agua. Multa que te cae. Los chiringos no pueden poner la música a
ciertos decibelios y de conciertos en el parque natural nada de nada, no sea
que los lagartos se desvelen.
El
que viene de vacaciones a Almería, ¿qué es lo que busca? No creo que venga
buscando el silencio conventual, los maitines al alba y la paz de los claustros.
Siempre ha sido complicado compaginar el ansia de fiesta que tiene el que llega
a pasar sus dos únicas semanas de vacaciones con el residente de la zona. Pero
se ha intentado con buena voluntad y algunos tapones para los oídos y cumplir
así con los que aportan una buena parte de los ingresos de los vecinos.
Si
nos olvidamos de eso, y parece que últimamente lo hacemos demasiado, podemos estar
degollando a la gallina de los huevos de plata, las del oro todavía no nos han
llegado, lo mismo lo hacen con la arribada del AVE, si antes no nos hemos
cargado a la AG 47 y
entonces ya no sé si lo necesitaremos.
El
turismo es ruidoso, cierto. Es incomodo, vale. Los más jóvenes alborotan de
noche que es un primor, no se pone en duda. Pero no deberían olvidar los que
tanto se quejan de que gracias a ellos padres de familia pueden llevar a sus
casas un sueldo a final de mes, y no son muchas las posibilidades que se tienen
en Almería de conseguir un empleo.
Paciencia,
buena voluntad y, si llegan a mayores, tapones. No creo que sea mucho pedir.
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