Una visita a la Alcazaba

Juan Miguel Galdeano Manzano
Secretario General del PRAO

Este viernes 25 de julio la agrupación almeriense del Partido Regionalista por Andalucía Oriental (PRAO) ha visitado la Alcazaba y la Muralla de Jairán, observando su notable deterioro y las pésimas restauraciones allí ejecutadas.

En todos estos años de autonomía andaluza, la Junta se ha caracterizado por ignorar, cuando no despreciar, a este monumento almeriense: sus actuaciones sobre la Alcazaba han sido escasas y la vez dañinas. Una fecha triste en esta historia del olvido fue enero de 2011, en el que la Junta de Andalucía colocaba varias placas de acero corten en las torres de la Muralla de Jairán. Esto se realizó incumpliendo el Pliego de Condiciones para la Restauración de Monumentos de la propia Consejería de Cultura, que prohibía la utilización de materiales que no existieran en la época en la cual se construyó el monumento; a la vez, se encontraba en contradicción con la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, donde se expresa que "los métodos constructivos y los materiales a utilizar deberán ser compatibles con la tradición constructiva del bien". Pese a que esta restauración destructiva y carente de sentido ha sido criticado incluso por la Unesco, a día de hoy el acero corten sigue ahí.

Una visita a la Alcazaba
Sin embargo, el olvido de la Junta de Andalucía va más allá. En la visita pudimos contemplar las humedades existentes en buena parte de las murallas de la propia Alcazaba, que coinciden con una restauración que realizó el Gobierno central el pasado siglo. Algunas de ellas se han desprendido, dejando a la luz el ladrillo de hormigón que se utilizó; esto lo vemos especialmente en la Torre Sur del muro de la Vela. La aparición de humedades se debe a que la restauración no se realizó con tapial (mezcla de piedra, arena, tierra arcillosa y cal) que impide que la humedad sea retenida, expulsándola al exterior. Por el contario, se realizó con mortero de cemento, que retiene la humedad, dejándola acumulada en la unión con el mortero de cal y provocando que éste se descomponga y se acabe cayendo, que es precisamente lo que ha pasado.

Desde luego, la imagen visible de ladrillos de hormigón en la Alcazaba no provoca buena impresión en sus visitantes. Pese a que esta restauración errónea fue realizada cuando el monumento era competencia del Gobierno central, actualmente el deber de preservar el patrimonio histórico es de la Junta de Andalucía, el cual está eludiendo, por lo que debería restaurar de forma correcta estos muros y torres para que no volvieran a aparecer las humedades.

En palabras del secretario provincial del PRAO, Manuel Jesús Ruiz Plaza, "a la vista de las restauraciones, si es que merecen ese nombre, que la Junta ha realizado sobre otros monumentos almerienses como la Muralla de Jairán, puede resultar una temeridad pedirle que actúe en la Alcazaba. Por eso pedimos una restauración estudiada y a conciencia, no una chapuza".

Además, la Alcazaba de Almería está abandonada en otros aspectos. Sigue careciendo de la vigilancia adecuada para evitar las numerosas pintadas que hay en sus muros, además de la presencia de cristales rotos que suponen un peligro para los visitantes de este monumento. Por otro lado, la accesibilidad sigue siendo una tarea pendiente de la Consejería de Cultura, ya que no existe un acceso por rampa, impidiendo que las personas con movilidad reducida disfrunten de la segunda mayor ciudadela musulmana de toda España.

Esta situación resulta todavía más intolerable habiendo ya comenzado la celebración del Milenio del Reino de Almería. Por consiguiente, la Junta de Andalucía debería acometer de forma adecuada todas estas actuaciones para que la Alcazaba vuelva al estado digno que se merece una ciudad como Almería.

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