Antonio
Torres
Director
de RTVA en Almería
El
matrimonio formado por Belén Nieto
y Francisco Flores, periodistas, emprendió
una aventura profesional en Lima, a donde se fueron con sus hijos, los pequeños Paco y Carlos, hace un año.
Nieto ofrece su visión y lo que representa la experiencia de una aventurera
excepcional. Perú les ha abierto las puertas.
Si Flores es un alto ejecutivo en el grupo
Epensa, Belén Nieto Pérez (Almería,
1971) desarrolla su trabajo impartiendo clases sobre Comunicación en dos
universidades. “No hay
problemas de incompatibilidades porque, como en España, el trabajo de profesor
está mal pagado en Perú. De todas formas elaboran
sus nuevas normas ante una clase media que será cada vez más pujante con todo
lo que ello representa de positivo”, dice.
“A los alumnos les encanta el trabajo
práctico y la elaboración de vídeos. Internet ya es la herramienta
imprescindible”. La
periodista tiene palabras de elogio por la confianza que le otorga el decano de
una de las facultades, Miguel Ángel Rodríguez, “un señor con mucho talento”. La corresponsal de Efe en Lima, Carmen
Jiménez, y otros colegas son palancas de apoyo. La adaptación de los niños al
colegio y a la gastronomía es “perfecta”.
La figura de Belén Nieto responde a la
“de un caramelo, dulce,
sencilla”, definición de su amiga la pintora Marisa Aldea. “La mirada y los
ojos lo dicen todo”, puntualiza el autor de la fotografía que le encargué a
Francisco Bonilla, de El País. Nadie
que la conozca pondrá peros a su inteligencia, frescura y sentido común. Todos
esos adjetivos verdaderos le delatan como una hacedora de amistades sólidas.
“Es un país que crece en renta y
conocimiento. La diversidad es importante aunque queda tarea en otras zonas
del amplio territorio con su memoria muy rica. Lima parece Cádiz por tanto español”,
afirma Belén, “y no me
refiero a Vargas Llosa, Joaquín Sabina o a los chefs que vienen al rebujo de
ser la capital mundial de
la gastronomía, de la fusión. Hay personas de todo el mundo”.
¿Percepción de España? “Se nos respeta
en general y en las distancias cortas más, pero como en la vida misma quien
viene con malas artes es rechazado porque los peruanos son inteligentes”.
Desde siempre, doy testimonio vivido,
la casa de los Nieto es como la
ONU. La amistad está por encima de otras circunstancias. De
esa generosidad disfrutamos el otro día una larga lista de adultos y
niños: A Luis Gavira
no se le nota para nada la grandeza que atesora; la voz dulce de la periodista
Sonia Conesa; David
Calzado, periodista en La
Casa Encendida que dirige José Guirao, exdirector del Museo Reina
Sofía; la bailaora Irene Díaz; Mar Solano, directiva de Telefónica; Úrsula
Moreno, curtida presentadora de la televisión pública alemana, los hijos del
odontólogo Elias, y Marta
Polo.
Me detengo en nombres por ser inapropiado
para una lista de un patrimonio de amistad que cada día se renueva y permanece.
La madre, Esperanza Pérez,
coordina todas las atenciones, donde la figura del padre, el añorado Manuel
Nieto, ocupa todos los rincones. “Lo
más duro es echar de menos a la familia. Somos realistas y la inteligencia
emocional nos ayuda”.
Los primeros pinitos profesionales de Belén
Nieto fueron en la Ser
y culminaron en agosto del pasado año en
Canal Sur Almería. Piensan regresar en dos años aunque está enamorada de
las personas que le hacen la vida más fácil. Nieto pasó por el programa Andalucía Directo en el umbral del nuevo
siglo y todavía por los pueblos y las calles preguntan por esa etapa.
Si la cámara le quiere, la gente mucho
más, un patrimonio
impagable. Como diría
Manuel Vicent, en este mundo hay seres que nacen con clase. Se tiene o no se
tiene. Ella tiene vida intensa. Como buena aventurera, ha visitado casi todo el
mundo. Su reto en Perú es participar
en una ceremonia y tomar un brebaje muy tradicional, “Ayahuasca” en
Machupicchu. Y Belén no presume de nada.
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