Juan Folío
La Opinión de Almería
Cajamar sigue inmerso en su política de adquirir edificios históricos y emblemáticos. Esta vez ha sido en Canarias. El edificio se ha adquirido a la
Cámara de Comercio de Gran Canaria y se trata del edificio histórico de
la calle Triana, 89, que albergó durante casi setenta años la sede de la Caja Insular de
Ahorros. La compraventa ha supuesto una inversión de 7,7 millones de euros.
Edificio adquirido por Cajamar en CanariasCaa |
El
inmueble, de tres plantas, se encuentra en el barrio de
Triana y cuenta con una superficie total de más de 680 m2 . En su fachada
principal, de estilo ecléctico y academicista, destacan el balcón de balaustre
de la planta noble y los diversos elementos decorativos separados por
pilastras. Precisamente la fachada es el único elemento del conjunto
arquitectónico que se encuentra en un aceptable estado de conservación y se
encuentra protegida por el Plan General de Ordenación Urbana, que cataloga al
edificio “de interés ambiental”, que son aquellos que “por su tratamiento
peculiar y situación en el entorno se encuentran vinculados a la imagen de la
ciudad”.
En
sus casi 100 años de vida el edificio ha pasado por varias etapas en función de
los diferentes usos, privados y comerciales, a los que ha sido destinado. El
proyecto original es de 1916, y suponía la ampliación y reforma integral de la
antigua vivienda familiar de Jaime Sintes Llabres que se levantaba en el mismo
solar. A partir de 1940, el inmueble pasó a ser la sede de la recién creada
Caja Insular de Ahorros de Canarias, que venía a sustituir al antiguo Monte de
Piedad y Caja de Ahorros de Las Palmas, nacido en 1913 e intervenido por el
Gobierno en 1934.
Asimismo, hasta 1979 la Caja Insular
compartió la planta baja con una oficina Banco Hispano Americano. Tras varias
reformas a lo largo de casi 70 años para adaptarlo a los nuevos tiempos, la Caja Insular abandonó
el edificio definitivamente para trasladarse a una nueva sede, situación en la
que permaneció hasta que en 2008 fue adquirido por la Cámara de Comercio, aunque
ésta no llegó a utilizarlo en ningún momento pendiente de proceder a su
rehabilitación y reforma.
El
edificio está situado en el entorno de Vegueta-Triana, que en 1993 fue
declarado conjunto histórico. Durante los primeros años del siglo XX el barrio
de Triana, centro residencial y mercantil de Las Palmas, experimentó una
importante transformación arquitectónica a consecuencia de la ejecución del
ensanche moderno de la ciudad y la realineación de calles y vías, siguiendo a
pequeña escala el ejemplo de ciudades como Barcelona. Fue una época de progreso
económico para la isla, fundamentado en los beneficios la exportación
agroalimentaria (el tomate y el plátano), el intercambio comercial en torno al
Puerto Franco y una incipiente actividad turística.
Muchas familias acomodadas
de la zona comenzaron entonces a renovar y embellecer sus viviendas conforme a
la moda de la época y como signo de distinción y éxito social. Junto a ejemplos
notables de la arquitectura canaria, comenzaron a erigirse nuevos edificios con
rasgos modernistas, eclécticos o racionalistas, que dotan al entramado urbano
de una personalidad perfectamente reconocible. Como ejemplos más destacados
pueden citarse la Iglesia
de San Francisco, el Parque de San Telmo, el Gabinete Literario, el Casino o el
Cabildo Insular.
La
obra original de este edificio de la calle Triana fue uno de los primeros
encargos que firmó el conocido arquitecto palmero Pelayo López y Martín Romero
(Santa Cruz de La Palma ,
1897-Madrid, 1972), que introdujo la corriente del regionalismo en la
arquitectura de las Islas a finales de los años 20. En el momento de la construcción
de este edificio, López y Martín Romero ocupaba la plaza de arquitecto
municipal de Santa Cruz de Tenerife.
En 1939 se trasladó a Madrid como director
general de Regiones Devastadas, administración encargada de la reconstrucción
de diversas zonas del país tras la Guerra Civil. Entre otras de sus obras,
sobresalen la conocida como Casa Monteverde en la Plaza de España de Santa
Cruz de La Palma
(1918) y el Pabellón de Canarias en la Exposición Iberoamericana
de Sevilla de 1929.
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