Laura
Rodríguez-Carretero
Portavoz
de UPyD en Almería
La
celebración del acto institucional del pasado día 30, programado como
inauguración oficial de la conmemoración del Milenio, ha quedado marcada por el
cierre de nuestra Alcazaba para que una empresa privada lo convirtiese en una
fiesta particular, pomposamente denominada Gala del Milenio, a la que no se
invitó a los colectivos sociales que más se han comprometido con la
conmemoración de la efeméride.
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| El logotipo no fue el oficial |
Desde
el día 26 de julio, un cartel colgado en la puerta de la Alcazaba anunciaba que
nuestro primer monumento permanecería cerrado la tarde del 30 de Julio,
quedando suspendidos los actos públicos programados para ese día y anunciados
desde varias semanas antes. Como se ha señalado desde distintos ámbitos,
incluso en medios de comunicación nacionales, una cosa así no ocurría desde el
franquismo.
Según hemos sabido, los responsables de la Plataforma del Milenio del Reino de Almería y de
la asociación AMRA de Amigos del Milenio habían acordado con la delegación de
Gobierno de la Junta
de Andalucía la celebración de un acto institucional que constituyera el inicio
oficial del año dedicado a conmemorar la fundación del Reino en julio de 1014. En
principio se acordó la fecha del 16 de julio para la celebración de ese acto
con la asistencia de la presidenta de la Junta de Andalucía, que vendría expresamente a
Almería para presidirlo junto con el alcalde de la ciudad y con el presidente
de la
Diputación Provincial.
La sorpresa fue mayúscula cuando pocos
días antes de la fecha señalada se conoció que el acto se había retrasado hasta
el 30, haciéndolo coincidir con la
Fiesta del Trono, día nacional del Reino de Marruecos, y que
el acto había sido encomendado al Diario de Almería, que lo estaba organizando
como si se tratara de un festejo privado, incluso utilizando un logotipo
distinto del que hace un par de meses se presentó como la imagen oficial del
Milenio.
El
año pasado se conmemoró en Granada el Milenio del Reino de la Taifa Zirí. Para ello
las Administraciones local y provincial granadinas y las diputaciones de las
provincias limítrofes (incluida la nuestra) constituyeron un Consorcio
presidido por la Junta
de Andalucía, que ha estado reuniéndose mensualmente durante cuatro años. Esta
entidad organizó un programa de actividades con un presupuesto total de más de
quince millones de euros.
Tan
solo un año después Almería, que necesita el impulso de su turismo cultural
mucho más que la capital de la
Alhambra , afronta la celebración del Milenio de un Reino que
fue más importante que el de Granada, con las Administraciones divididas e
incluso a menudo enfrentadas, y con una carencia de recursos casi absoluta.
Solo el empuje de la sociedad civil ha conseguido que se entienda la necesidad
de aprovechar esta oportunidad histórica mediante una conmemoración digna de
este importante aniversario. El agravio económico, cuanto
grave, no lo es más que esta desidia y desinterés que para con el desarrollo de
Almería tienen nuestras instituciones.
Como
culminación de los despropósitos que se han venido produciendo desde hace más
de un año, se promueve un acto institucional y se encarga a un periódico para
que lo organice como él quiera, rechazando la imagen oficial del Milenio,
invitando a quienes les parece y dejando al margen a los demás medios de
comunicación locales y a la inmensa mayoría de la sociedad almeriense. Y además
se pone a su disposición el uso incondicional de nuestro primer monumento,
cerrándolo a cualquier otra actividad.
Nuestras
primeras autoridades deberían explicar a los miembros de los colectivos
vecinales que están trabajando intensamente en la celebración del Milenio por
qué no fueron invitados al acto, a los ciudadanos que han elegido públicamente
un logotipo para esta celebración por qué se reunieron bajo otra imagen
distinta de la oficial, y a toda la sociedad almeriense en general, por qué se
pusieron “al servicio” de una empresa privada.
Deberían
explicar por qué si tan importante es para ellos el Milenio, como ahora dicen,
no organizaron directamente este acto institucional o por qué no establecieron
al menos unas condiciones mínimas para su celebración. También deberían
explicar cómo se ha financiado el acto, porque el colmo sería que hubiese sido
subvencionado con dinero público, como parece que ha ocurrido.
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