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El Milenio del Reino de Almería

Mª Teresa Pérez Sánchez y José Blas Fuentes
Amigos de la Alcazaba y Amigos del Milenio

El acto de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz,  en la Alcazaba de Almería, secundada por el resto de las Administraciones,  ha sido una metáfora de lo que no puede ser la celebración del Milenio del Reino de Almería.

Los grandes proyectos son los que consiguen comprometer a toda la ciudadanía, haciéndoles partícipes de la responsabilidad de participar y contribuir en el bien común de la colectividad. Y aquí debe estar, además de nuestras instituciones, toda la sociedad civil: empresas, entidades, medios de comunicación, comerciantes, intelectuales, colectivos y asociaciones… Por supuesto el liderazgo debe recaer en el Gobierno de la Junta, que además tiene que aportar la parte más importante de los recursos económicos necesarios.

La imagen de nuestra presidenta, desplazándose hasta Almería simplemente para asistir a un acto “social”, tan falto de ética como de estética, fue lamentable. Por una parte, por su sentido elitista, propio de otros tiempos, excluyendo a asociaciones y colectivos ciudadanos, que encima aportan un tercio de la programación. Y por otra, por su falta de compromiso en el proyecto, una importante oportunidad para promocionar los valores y la imagen de Almería. Es lógico que esta postura se vea como un agravio comparativo en relación al apoyo recibido por Granada a su Milenio, celebrado el pasado año.

Llueve sobre mojado. La celebración del Milenio pilló por “sorpresa” a la Administraciones que, sin “lluvia de millones”, mostraron inicialmente imprevisión y desinterés en participar en unos actos que las iba a dejar en evidencia por la falta de grandeza en las ideas y los objetivos. Así ha quedado demostrado en los siguientes hechos:
  • Las inauguraciones de los actos institucionales del Milenio se han realizado hasta siete meses después de iniciarse el año del Milenio, mientras algunos colectivos llevamos realizando actividades desde el primer momento.
  • La desunión de las instituciones, que han sido incapaces de unirse más allá de plasmar sus respectivas programaciones en un folleto de difusión. La imagen de Cultura adelantando en un día la presentación de su programa para “aventajar” a Ayuntamiento y Diputación fue patética y evidencio esa falta de unidad ante el bien común de Almería.
  • El presupuesto dedicado a este evento está siendo ridículo, solo entre un 5% y un10% del que ha tenido el Milenio de Granada. Son inevitables los agravios comparativos con la reciente conmemoración del Milenio del Reino de Granada. Baste decir que algunas instituciones han dedicado al Milenio de Almería la quinta parte de lo que aportaron al Milenio de la vecina ciudad de Granada. Esta solidaridad no ha podido ser recíproca simplemente por la falta de previsión de nuestros políticos.
  • Como resultado, las actividades organizadas expresamente para el Milenio (no las que forman parte de la programación habitual) están siendo de bajo perfil, insuficientes para ser un reclamo turístico y proyectar la imagen de Almería en el exterior. Milenio de mínimos para cubrir el expediente.
  • Las instituciones no han sido capaces de implicar a las entidades, empresas y comerciantes almerienses, ni tampoco éstos han mostrado el más mínimo interés en involucrase en un proyecto al que nadie les ha invitado. En el Milenio de Granada las entidades privadas aportaron tres de cada cinco euros. En Almería, cero. Ni siquiera se han previsto modestas actuaciones para llevar el Milenio a los sectores turísticos y hosteleros, que hubieran sido muy recibidos en momentos de crisis.
  • El que debiera haber sido el gran protagonista del Milenio ha sido el gran olvidado: nuestro Patrimonio Cultural, especialmente la herencia Taifa y en general el patrimonio hispanomusulmán. La celebración del Milenio se basa en nuestro pasado y en el legado cultural recibido. Para conocerlo, para disfrutarlo, para ponerlo en valor y aprovecharlo turística y económicamente. Pero, ¿cómo  se puede promover nuestro patrimonio reduciendo  los horarios de nuestro monumento más importante y visitado? Igualmente decimos para nuestro Museo. Es inadmisible. ¿Cómo se puede mantener cerrado el Centro de Interpretación Puerta de Almería, con los restos más antiguos de la ciudad y la inversión de 600.000 euros que se realizó?  ¿Cómo podemos convencer a  los que nos visitan del aprecio por nuestro patrimonio si consentimos actuaciones como esas “heridas” en la muralla de Jayrán, el gran protagonista del Milenio? Por cierto, sus “apósitos” de acero corten (inconcebibles en otros monumentos) costaron 157.000 euros. Qué podemos decir del estado de deterioro de las murallas milenarias del Cerro de San Cristóbal y de la Chanca, del lamentable abandono de los entornos de la Alcazaba y de los barrios de la Almedina y la Chanca, de la situación de la Mezquita Mayor, donde ni aparece una placa que reconozca que es Monumento Nacional, de las canteras califales todavía sin proteger legalmente… Nada se ha hecho en nuestro patrimonio histórico con ocasión del Milenio de Almería ni tampoco nuestra Presidenta de la Junta, en su visita, se comprometió a mejorar su estado de conservación, su investigación, su difusión entre los almerienses y visitantes,. Al contrario mantiene los recortes en los horarios.
Toda esta situación podía haberse mejorado con el esfuerzo, imaginación, previsión, y unidad  entre las instituciones, la empresa privada y la sociedad civil. Los almerienses estaban ilusionados con este evento, como una gran oportunidad histórica. Sin embargo nuestros políticos, en ese acto de la Presidenta de la Junta de Andalucía, no solo han demostrado su incapacidad sino también el desprecio a la participación ciudadana, al regatearles el derecho a participar y ningunearles el reconocimiento al impulso que han dado para hacer posible la celebración de este Milenio Milenio, quizás porque los deja en evidencia.

Esperemos que los políticos hayan aprendido la lección, porque los ciudadanos no podemos permitir que se desaprovechen estas oportunidades históricas y mucho menos para que nuestros los políticos se comporten como una casta privilegiada.

Los objetivos del Milenio siguen en pie: conocer nuestra historia y aumentar nuestra autoestima, fomentar los valores de nuestro patrimonio y dignificarlo, promover nuestra imagen exterior, potenciar  nuestro turismo cultural… y favorecer el encuentro de entidades, instituciones, empresas, colectivos y asociaciones, etc., en pro de nuestro futuro, democráticamente.

Nada de eso acaba en 2014. Aprendamos para el próximo año que celebraremos los 1001 años del Reino de Almería. El futuro lo construimos entre todos, día a día.


ASOCIACION AMIGOS DE LA ALCAZABA. Presidenta, María Teresa Pérez Sánchez
ASOCIACIÓN AMIGOS DEL MILENIO DEL REINO DE ALMERÍA. Presidente, José Blas Fuentes

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