Juan D. Gómez
Estudiante de Trabajo Social
Si
hace un año escribía antes del comienzo de la Feria de 2013 “ya ni
huele a Feria”, a mitad de esta nueva edición podríamos decir que
los almerienses ni siquiera se han enterado de que su ciudad está de semana
grande. La
“más almeriense”, título con el que Comendador quiso calentar motores los días
previos, se presuponía una Feria de recuperación de tradiciones, abarrotada de
refajonas y volviendo a llenar de color los barrios más alejados del centro,
pero programa en mano se hace difícil entender el aumento de 100.000 euros
en el presupuesto de este año, que parece que ha dado para rescatar la
cabalgata del primer día, la portada de Puerta de Purchena y poco más.
ASHAL
ya denunciaba hace unas semanas la negativa del Ayuntamiento de conceder
licencia a dos ambigús más que habrían ampliado el medio día en la parte
alta del Paseo, que no cuenta con ninguno desde hace años. Finalmente han sido
9 los instalados, pero todo apunta a que con la bicefalia que caracteriza a la
fiesta diurna desde el cambio de recinto, el consistorio no tiene gran interés
en aumentar la afluencia en el centro, por lo que exceptuando los días grandes la Feria seguirá a medio gas.
La doble localización del medio día no parece fruto de la casualidad, sino de
una estrategia para que, al igual que en Sevilla, toda la fiesta se concentre
en un recinto acotado, suponiendo su organización muchos menos quebraderos de
cabeza.
Ya
de noche, después de pagar 1,30 euros de autobús, 4 euros de parking o dar
vueltas con el coche hasta que se aparezca la Virgen del Mar (que para eso las fiestas son en
su honor), un recinto cada vez más despoblado invita a pensar que algo debe de
estar haciéndose mal cuando las asociaciones y empresas que se atreven a
plantarse en la Vega
de Acá por primera vez no suelen repetir al año siguiente. Partidos
políticos y medios de comunicación parecen ser los únicos que resisten año tras
año, aunque no se sabe si por negocio o por tradición.
Y
llegados a este punto le da a uno por plantearse si no fue un grave error
alejar la Feria
del corazón de la ciudad; si el moderno y bien equipado recinto ferial no se ha
quedado grande de más y está provocando que los almerienses cada vez
reconozcamos menos nuestra Feria. Pasan los años y solo el olor a algodón de
azúcar, los turrones, la patata completa o el vinillo dulce con barquillo
permanecen como esencia propia de la semana que marca para los legañosos el
final del verano (aunque en septiembre haga incluso mejor tiempo que en
agosto).
La
feria de todos los almerienses se está apagando, y es nuestro ayuntamiento
quien tiene en su mano que uno de los mejores escaparates que tenemos para
proyectarnos al exterior acabe siendo algo residual o se convierta en la única
semana al año en la que los podemos evadirnos de nuestros muchos
problemas; para la primera opción solo tienen que seguir por este camino, para
la segunda es urgente y necesario que la implicación de Asociaciones de Vecinos
vaya más allá de llenar una carroza de niñas vestidas de faralae.
Lo que debemos preguntarnos, al menos los que defendemos la separación Iglesia-Estado, es si que las fiestas patronales, todas, se apaguen, no es una magnífica oportunidad para revitalizar las manifestaciones lúdicas civiles.
ResponderEliminarY yo me pregunto ? Cualas son las manifestaciones lúdicas civiles !
ResponderEliminarDefender la vuelta del "recinto" ferial al casco urbano es una locura desde un punto medioambiental, social y hasta económico. Espero que la racionalidad siga "marginando" la basura al actual recinto. Y si es el final de la Feria, ¿pasaría algo? Quizá deberíamos replantearnos los festejos.
ResponderEliminarNo he defendido la vuelta de la Feria al centro como tu la entiendes. Si que el centro y los barrios estén perdiendo la feria (mi barrio en feria, por ejemplo, ahora es una caseta infantil en el Ferial).
EliminarLa Feria tiene que ser para todos los almerienses, y la existencia de un recinto para la noche no debería suponer que la semana grande pase de puntillas por la ciudad, porque eso conlleva que la Feria sea solo para quien pueda costearse ir hasta el Ferial.