Mi paisano Bisbal y el cafre alicantino

Inocencio Arias
Diplomático

Una afirmación remachada por bastantes observadores y la casi totalidad de los antisistema es la de que la desigualdad del sistema legal español es tal que sólo van a la cárcel los desvalidos, que los poderosos siempre se escapan. Tienen parcialmente razón. Los políticos españoles están con frecuencia injustamente desprestigiados pero a la hora de rendir cuentas a la justicia los que tienen que hacerlo, las dilaciones del sistema judicial, las tretas procesales hacen que se escapen ilesos aunque sean responsables de haber burlado a la ley.


Con todo, y por eso digo lo de parcialmente, las cosas están cambiando. Los desvalidos, a veces, también se aprovechan de los atascos judiciales y tenemos ya una serie de políticos u hombres conocidos, Bárcenas, el eresista andaluz Guerrero, Munar, Matas, Fabra, del Nido… que están en prisión o a punto de entrar en ella.

Los que siguen teniendo una amplia patente de corso son los que profieren exabruptos bestiales en las redes sociales o en manifestaciones públicas. Ya hubo una señora que soltó que la política del PP asesinada en León se lo tenía bien merecido.

Ahora tenemos el concejal alicantino de Izquierda Unida César Vilar que ha proferido la inmortal aseveración conocida: “Me considero una persona pacífica pero cada vez que oigo al puto David Bisbal de los cojones me compraría una ametralladora y la usaría contra ese ejemplo de mugre españolista asquerosa. He dicho”.

La frase es un monumento al cerrilismo, a la zafiedad y a la barbarie. Pertinente para incorporarla a la asignatura de educación de la ciudadanía como ejemplo de primitivismo y bestialidad, de negación de la más elemental convivencia. Leyéndola uno se queda pasmado ante la fina calificación de “puto Bisbal de los cojones”, atónito al ver que el delito de Bisbal, lo que saca de quicio al militante de Izquierda Unida, es el “españolismo mugriento y asqueroso” del cantante y finalmente sobrecogido con que el señor Vilar siendo “pacifista” tenga ensoñaciones, o pálpitos pronto reprimidos, de balear a mi paisano Bisbal.

No se pueden decir más atrocidades en una sola frase. El concejal alicantino ya ha dicho que se arrepiente pero causa un pelín de extrañeza que pasadas las primeras horas sólo una correligionaria suya almeriense, mi paisana debía ser más demócrata que su compañero de partido o pensó simultáneamente que el tal Vilar se lo ponía cuesta arriba en Almería, haya protestado airadamente. Era una ocasión en que en el mismo momento en que se conociera el exabrupto, la dirección alicantina de Izquierda Unida, incluso la nacional, tendrían que haber reaccionado con celeridad diciendo que César Vilar no merece estar en esa agrupación ni la representa verdaderamente ¿Está Izquierda Unida torpe de reflejos o, sin querer evidentemente coger la ametralladora, piensa que Bisbal rezuma verdaderamente “mugre españolista asquerosa”?

¿Se imaginan ustedes lo que ocurriría si un concejal del PP de Elche o de Villena escribiera algo parecido sobre un cantante progre, progre de verdad? (www.republica.com)

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