Iván Gómez
Redactor-Jefe de Diario de Almería
El
líder del nuevo tiempo socialista, un madrileño que hace años veraneaba en
Mojácar en un discreto segundo plano como cualquier otro turista, tardó casi
una hora en la velada de la noche del lunes en alcanzar el escenario. No hubo
militante -y también cargos- de la familia socialista congregada en el
chiringuito Aku-Aku que no le interrumpiera en su trayectoria para saludarlo
con la efusividad que merece el hombre que les ha devuelto la ilusión y de
paso para inmortalizar su nueva visita a la provincia con un selfie de
los que están tan de moda.
Noche de selfies en Mojácar |
Pedro Sánchez es un hombre cercano, de los que no
rehuyen el contacto y saborean el cara a cara con todo el que se cruza en su
camino, una actitud que puede resultar incómoda a los que lo acompañan y, sobre
todo, a los escoltas que en pleno bullicio solo aprecian riesgos donde había un
auténtico baño de masas. Los aplausos continuados reprimían su discurso sobre
regeneración, palabras similares a las que ya pronunció hace meses cuando en
campaña vino a recoger los casi 2.000 avales de una agrupación provincial que
en todo momento se volcó con su candidatura y se colocó como la tercera del
país y segunda de Andalucía con mayor porcentaje de apoyo (68%).
El
secretario general del PSOE se comprometió ante los más de 400 comensales a
apartar a los corruptos y hizo algún que otro guiño a la provincia planteando
la vital apuesta que necesita en materia de infraestructuras, así como otras
carencias del sector de la piedra natural y el agrícola, sobre todo a raíz del
veto ruso. Pero lo más destacado fue su promesa de cumplir lo que anunció que
haría y muchos demandaban desde hace tiempo, unas primarias inminentes para
elegir a los candidatos en una nueva forma de entender y hacer política.
Pedro
Sánchez, al igual que millones de españoles, no desconecta por vacaciones, vive
en campaña permanente en un partido que no tiene tiempo que perder y no pudo
negarse a pasar una velada con los socialistas de la provincia a los que dentro
de unos meses volverá a demandar su respaldo para ser candidato a la Presidencia del
Gobierno. Y en ese camino a la
Moncloa no hay nada mejor que mantener una tradición, la de
veranear en este pueblo del Levante almeriense, para dar el salto al poder.
Así
lo hicieron Felipe González, quien decidió celebrar un cumpleaños en Mojácar
meses antes de ser elegido presidente del Gobierno, el ministro Alfonso Guerra
que llegó a comprarse una vivienda junto al mar y más reciente José Luis
Rodríguez Zapatero tras ser elegido en el Congreso Federal del PSOE. Un pueblo
talismán al que acudirá cada verano, según respondió en plena velada al ser
preguntado, quien sabe si como portavoz de la oposición o como responsable del
Ejecutivo.
Cuando
la dirección provincial le planteó la semana pasada, en pleno recorrido por las
calles de Mojácar, la posibilidad de hacer una cena en la que congregar a la
militancia almeriense, el líder del PSOE aceptó aún sabiendo que, como ocurrió,
acabaría a las dos de la madrugada. Un cóctail que pagaron los participantes a
30 euros por barba, con mojito de regalo (forma parte de la idiosincrasia
nocturna de la zona), y que se gestionó en sólo unos días a través de llamadas
y correos a los responsables de las agrupaciones de los 102 pueblos.
Y la
militancia respondió con creces, tanto que se tuvieran que quedar fuera las
peticiones del último día, funcionó tan bien casi como la cena que se organizó
en otro restaurante del levante se organizó en torno a la Rubén Cortada , Faruq en
la serie El Príncipe de Telecinco, sin discurso -político- y duplicando el
coste de la entrada, pero también con muchos besos, abrazos y ‘selfies’ con el
protagonista.
También llegaron desde otros puntos del país, incluso
visitantes al uso que resultaron ser cargos socialistas, como ocurriera con
Miguel Martínez, expresidente de los Paradores Nacionales. Llegaron hasta
Mojácar integrantes del PSOE de toda la geografía provincial, cada uno con su
pareja por eso de las familias y corrientes internas, pero todos como
‘pedristas’ consolidados.
Manuel Zamora, secretario general de los
socialistas mojaqueros, que ha estado a dos baterías por día por las consultas
y reservas, le pidió que si llega al Gobierno no cambie Mojácar por Doñana.
Pedro aceptó. Ya es su pueblo talismán.
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