El balance de la Feria

Laura Rodríguez-Carretero
Portavoz de UPyD en Almería

El balance que el alcalde de Almería ha realizado sobre la Feria de este año es una muestra más de su soberbia y su nula capacidad de autocrítica, pues Luis Rogelio Rodríguez Comendador (PP) ha utilizado calificativos como “tranquila” y “cívica” para definir unas fiestas en las que, como es natural, ha habido situaciones más que exaltadas e incívicas.

Cartel de la Feria de Almería
En este sentido, cualquiera que se haya dejado caer durante esta Feria por las ‘Cuatro Calles’ del centro de la ciudad habrá comprobado cómo, a partir de las cinco de la tarde y hasta las nueve y diez de la noche (dependiendo del día), los aledaños de la calle Real (calles Séneca, Eduardo Pérez, plaza Bendicho, plaza Virgen del Mar, etc.) permanecían invadidas de jóvenes que bebían y orinaban a la vista de todo el mundo, siendo la presencia policial casi imperceptible, y las molestias para los vecinos de la zona, por muy Feria que sea, del todo inadmisibles e incívicas.

El alcalde de Almería ha empleado muchas palabras inadecuadas, y parte de ellas son las que ha utilizado para rechazar que esta Feria haya sido decadente. ¿Cómo si no se explica la menor presencia de casetas y ambigús cada año que pasa? Si es verdad que los datos de ocupación hotelera han superado el 90% esta Feria, nos alegramos porque eso repercute para bien en nuestra economía, pero nos apena la pobre imagen de Almería que muchos de esos visitantes, por desgracia, se habrán llevado de nuestra tierra.

Los atascos para acceder a los parkings establecidos han constituido la nota dominante en nuestro recinto ferial, unos aparcamientos que, además de caros, han resultado especialmente molestos para los almerienses. No queremos que el Ayuntamiento se enriquezca con la venta del servicio de aparcamientos, sino que los almerienses puedan utilizar los parkings de forma fácil y ágil, y a un precio razonable. Una rebaja del precio de parking y aumento de dotación, y la posibilidad de poder usar el bonobús para acceder al recinto ferial, además de un precio del trayecto en Feria similar al habitual hubiera sido más que deseable.

Aun con todo, valoramos las cosas que sí se hacen bien, como la apuesta por recuperar parte de nuestras tradiciones a través de certámenes de indumentaria típica almeriense y festivales de folclore, y pedimos al alcalde que se esfuerce para que actividades de este cariz se mantengan a lo largo de los años.

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