Gabriel Sánchez Ogáyar
Escritor
Almería
no podría entenderse sin su puerto al que ha estado íntimamente ligada a lo largo de su historia. Sin embargo, en los
últimos años la pérdida de poder en relación a otros puertos como el de Málaga
o el de Motril es más que evidente. El crecimiento y la modernidad de dichos
puertos con más y mejores servicios que el puerto de Almería han hecho que el
equipo directivo de la
Autoridad Portuaria , con Trinidad Cabeo a su cabeza como presidenta
de la entidad, se haya fijado como prioridad dotar al Puerto de Almería de una
infraestructura capaz de competir con el resto de los puertos del Mediterráneo.
Buena muestra de ello es la modernidad de la que se
viene dotando al puerto en los últimos años y la ampliación que desde hace unos
meses se viene llevando a cabo con la obra millonaria en el denominado
Dique de Poniente. Una puesta de futuro de la Autoridad Portuaria
para convertir al Puerto de Almería en un puerto moderno y preparado para los
retos del transporte marítimo del siglo XXI.
El
nuevo puerto, cuyo presupuesto se cifra en 18 millones de euros, servirá, según
palabras de la presidenta, “para atender las demandas futuras y tráficos
previsibles, dando respuesta a una serie de déficits del puerto histórico”.
Entre las preocupaciones que Trindad Cabeo
apuntaba está la creciente demanda de tráfico de graneles, el déficit de
superficie y el estrangulamiento
existente en el Muelle de graneles sólidos entre líneas de atraque y superficie
de depósito. La ampliación, según sus declaraciones, “dará solución a dicho
problema, ofreciendo nuevas superficies en concesión, posibilitará la creación
de una nueva terminal para contenedores en condiciones modernas de operación mejorará las condiciones medioambientales en el
tráfico de graneles sólidos, alejando el acopio de los mismos de la ciudad”.
E nuevo dique ha sido cofinanciado por la Autoridad Portuaria
en base a la capacidad financiera de la misma, y por una subvención con
cargo a los fondos FEDER que la Unión Europea tuvo a bien conceder y cuyo importe
supone el 80% del total de la inversión.
Pero
la preocupación del equipo directivo va más allá. El atractivo turístico de
Almería hace necesario a dotar al puerto de un lugar de atraque para los
grandes cruceros, que atienda a la demanda existente. Solo así se podrá
competir con el resto de puertos, generando en consecuencia un tejido
productivo y un incremento en los puestos de trabajo, además de unos ingresos
económicos que redundaran en los negocios turísticos almerienses.
Por poner un
ejemplo, según los datos a los que hemos tenido acceso, el crucero que hoy
mismo atracará en el puerto de Málaga dejará
en la ciudad en torno a los 800.000 euros. De ahí la apuesta que
desde la Autoridad
Portuaria se está llevando a cabo.
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