Limpieza y campaña electoral

Elena Torres

Periodista / teleprensa.com

Ignoro si Carlos Sánchez logrará ser el revulsivo que la ciudad de Almería necesita para mejorar sustancialmente la limpieza pero no tengo ninguna duda de que el relevo de Manuel Guzmán en estas tareas obedece más a cuestiones de partido que de operatividad. Estamos a pocos meses de una nueva convocatoria electoral, unas municipales, y el Partido Popular de Almería, que al final todo indica son cuatro personas y poco más, necesita poner en marcha toda la maquinaria electoral para lo cual se ha propuesto, como siempre, hacer un lavado de cara  que borre los cuatro años empantanados que hemos vivido y diluya cualquier regusto de mala gestión, incluida la Feria.

¿Almería limpia?

Según la propia nota de prensa del consistorio, Manuel Guzmán se va a dedicar en los próximos meses a azuzar obras y poder así ‘dar cumplimiento al programa con el que el Partido Popular se presentó ante los almerienses’. Es decir, que hemos tenido 18 concejales con área durante tres años y medio haciendo no se sabe bien qué, porque es ahora, en el último tramo de mandato, cuando van a cumplir con lo que se comprometieron y que básicamente se reduce a obras. Al más puro estilo Rajoy que, después de anunciar que no subiría impuestos ni tocaría las pensiones, esperará a la víspera electoral para cumplir con lo que dijo que haría una vez llegara al gobierno. Desde luego no se les puede acusar de incoherencia. Es marca de la casa.

Lo que no tengo claro es que este lavado de cara de última hora sea tan efectivo como lo ha sido en anteriores comicios porque el ciudadano empieza a estar más que harto de ‘saltar’ zanjas de obras que se inauguran al filo del inicio de la campaña electoral.

Pero volviendo al tema de la limpieza, no se qué margen de maniobra tendrá el nuevo concejal -peor que su predecesor es difícil ser-, pero debería exigir a la nueva UTE encargada del servicio que se deje de azafatas y puestas en escena e inicie de inmediato una reposición y cambio de contenedores por toda la ciudad, que algunos ya vamos por más de una década sin recogida de cartones y cerca de un quinquenio con recipientes a los que no les funciona el pedal o la tapa. Y ya está bien.