Alfonso
Rubí Cassinello
Conocí
a Jorge Lirola hace algo más de ocho meses en el acto de presentación pública
del Milenio que convoqué en la
Casa de las Mariposas. Solo había oído hablar de él por su
sonada polémica en la UAL ,
de la que no conocía detalles, y por haber asistido a algunos actos de la Fundación Ibn Tufayl
como espectador.
Han
sido ocho meses intensos. Hemos compartido el esfuerzo de intentar convencer a
las Administraciones y a todos los almerienses de la oportunidad que supone la
conmemoración del Milenio para nuestra provincia, y he tenido ocasión de
comprobar su capacidad de trabajo y sus conocimientos de la Almería musulmana, de los
que he aprendido mucho. Pero también he sido testigo privilegiado (y víctima) de
su forma de proceder.
Jorge Lirola |
Jorge
Lirola se considera siempre en posesión de la verdad absoluta, y tiene de su
altura moral el concepto de que es muy superior a la de todos los demás, a los
que ningunea, desprestigia e incluso difama. Con métodos y actitudes que no
son habituales ni propios de la objetividad y el respeto a sus interlocutores
que se le suponen a un profesor universitario.
Todos
tenemos virtudes y defectos, aciertos y errores en nuestro comportamiento. Pero
para Jorge Lirola, los que no están de acuerdo con él son unos incapaces y unos
farsantes, e incluso presuntos corruptos e indeseables. Hace pocos días
descubrí su blog “de denuncias” en el que desde 2008 viene atacando a mucha
gente, sobre todo políticos y representantes de Administraciones, miembros del
poder judicial y del mundo universitario (de toda España) y en el que nos ha
incluido a sus “compañeros” de AMRA. Es significativo esto de tener un blog de
denuncias con seis años de recorrido, y utilizar correos masivos y otros medios
de difusión digital para propagar insidias sobre varios centenares de personas.
Yo
acostumbro a resolver las inevitables discrepancias con los demás cara a cara.
Por eso cuando empezó su carrusel de lo que él llama críticas, pero que en
realidad son ataques personales y descalificaciones groseras, le escribí un
largo mail diciéndole lo que me pareció oportuno. Me contestó que mientras no
lo hiciera en público no me respondería, a lo que alegué que no iba a dejar que
me arrastrara a sus procedimientos.
Lamento romper esa determinación con estas
líneas, pero es que la situación ha llegado al colmo de lo soportable. Espero
que sea sólo por esta vez. No lo hago por mí, sino por la gente a la que ayudé
a embarcarse en esta aventura y a que pusieran su mejor disposición al servicio
de Almería, y que ha sido descalificada y calumniada injustamente por Jorge
Lirola, atacada con ferocidad y con dureza en su honor y en su dignidad, que
son los bienes más preciados del hombre.
En
la reunión de la Junta
Directiva de AMRA del 29 de agosto se le mostraron pruebas
fehacientes de algunos de sus errores más graves, pero se negó a rectificarlos.
A pesar de ello llegó incluso a tener la desfachatez de mantener que él es una
persona constructiva. Su constructivismo consiste en acusar y condenar
directamente, atribuyéndose el papel de fiscal, de juez y de verdugo al mismo
tiempo. Sin apelación posible. Algunas personas que le aprecian dicen que es un
enfermo por las injusticias que ha sufrido. Respeto esta opinión, pero las
enfermedades hay que tratarlas, o se agravan y provocan la muerte. Ésta suya le
incapacita para participar en un proyecto colectivo como debe ser el Milenio y
como esta sociedad necesita. Él sólo busca adhesiones al suyo, que considera el
único bueno y válido.
Envío
este escrito a la tribuna que ha utilizado repetidamente para difundir sus
injurias. Con la intención de volver a mi silencio, porque no hay mayor
desprecio que no hacer aprecio. Aunque algunos interpreten que el que calla
otorga. Otro refrán que él debe conocer bien dice difama, que algo queda, y
suele repetir eso de que el tiempo pone a cada uno en su sitio, aunque dudo que
él acepte el sitio que le asigne el tiempo, porque siempre pensará que le
corresponde uno más elevado. Ya veremos cómo encaja el que le están asignando
los socios de AMRA.
Nota de la Redacción de La Opinión de Almería: La Opinión de Almería es, como su nombre indica, un medio estrictamente de opinión. Ni apostilla ni rebate ni comparte ni deja de compartir las opiniones de sus colaboradores. Son ellos los responsables de sus afirmaciones. Ahora bien, nuestro escrupuloso respeto a la libertad de expresión no nos impide limitar las exposiciones de algunos articulistas. Cuando consideramos que se hacen afirmaciones que pueden ser injuriosas, primero, pedimos a nuestros colaboradores que las retiren, y si no lo hacen, manifestamos que no se va a publicar el artículo en cuestión. Éste ha sido el caso de algunos artículos del profesor Jorge Lirola. Pero, respecto a los que se han publicado en este medio, consideramos que que ninguno de ellos ha traspasado la frontera de lo inadmisible.
ResponderEliminarNo aceptamos la afirmación de Alfonso Rubí de que ésta es la tribuna que Lirola ha utilizado repetidamente para difundir sus injurias, excepto que por injurias se adopte la acepción más leve que permite el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Puestos a valorar lo que es injuria o no, tal vez Alfonso Rubí debería haber valorado si la afirmación de enfermo del profesor Lirola a que hace alusión también entra en este campo.
Las críticas son gratificantes. Las injurias y calumnias, censurables. La Opinión de Almería está por la libertad de expresión y nunca va a admitir calificaciones que denigren a las personas o a las instituciones. Trazar la línea que separa un lado de otro es un ejercicio difícil y ésta es nuestra tarea diaria, que acometemos con dignidad y responsabilidad.
El crédito que me merece Alfonso Rubí es muy escaso. Cuando tenía tan solo que ocuparse de gestionar el lugar en el que se iban a celebrar unas conferencias y una exposición (Patio de los Naranjos), me dijo que estaba confirmado pues había hablado con su amigo Fulanito (a él le gusta hacer las cosas por amigismos). Pero ahora me he enterado de que ni siquiera el supuesto amigo lo era, aparte de que no estaba confirmado y al final no se podrán realizar allí los actos previstos.
ResponderEliminarPor lo que veo, Alfonso Rubí tiene malas intenciones pues me acusa de difamar sin pruebas y hacerlo a mucha gente cuando toda crítica que hago la baso en puntos concretos y el que sea a mucha o poca gente es dato relativo, si bien él trata de desprestigiarme con generalidades que llegan a un punto ruín cuando se atreve a atribuirme una enfermedad basándose en supuestas personas que me aprecian sin decir quiénes son para que se pueda contrastar.
Si para él es prueba fehaciente una factura hecha a posteriori a nombre de una asociación controlada por Nicolás Castillo que no es la que se le presenta al Ayuntamiento y la Diputación, que comprometieron 1800 euros de todos los ciudadanos para unas camisetas para los almerienses que participaban en la Marcha y que no llegaron a todos ellos, apareciendo una factura interpuesta de Alcentro, con otras irregularidades manifiestas, pues disiento claramente de su lógica.
Hoy ha pedido que me echen de la Asociación de Amigos del Milenio en una Asamblea de muchos familiares que no querían dejarme plantear lo mal que han procedido, entre otros, Alfonso Rubí, que ha hecho que no exista una relación de socios aprobados por la Junta Directiva, como exigen los Estatutos, sino que él y otros pocos (entre otros la empresa de su hija) manejan con secretismo quien es socio y hasta ha podido engordar la lista de socios, sin ningún control, para amañar unas elecciones a su beneplácito y al de esos amiguetes a los que dice que tanto daño les hago con mis denuncias de que van detrás del dinero. Y él mismo ha tenido la desfachatez de acusarme de haberme aprovechado de AMRA para conseguir que las tres administraciones se unan para organizar actos culturales con la Fundación Ibn Tufayl, cuando podía ser al contrario, que él quisiera beneficiarse del trabajo que hacíamos desde la Fundación.
Quienes me conozcan de verdad y no esos supuestos a los que alude Alfonso Rubí saben realmente que no me creo en posesión de la verdad absoluta y que sé rectificar cuando me equivoco y aprender de mis errores, como he hecho en el caso de Alfonso Rubí, al que me uní para trabajar, si bien me he dado cuenta de que él y aquellos de los que se rodea, como Andrés de Lucas, lo que van es detrás del dinero para gestionarlo ellos, con negligencia unos y con interés particular otros. Ellos sí que puede que sean los oportunistas del Milenio y cuando hagamos balance de todo lo que se dijo, se hizo y quedó se podrá comprobar.
Mi contraréplica en:
Eliminarhttp://www.laopiniondealmeria.com/2014/10/contrarreplica-alfonso-rubi-los.html
Como asistente a la Asamblea en la que se han producido los hechos, he sido testigo de la actitud del señor Lirola. Solo puedo decir que jamás he visto un espectáculo semejante y que la falta de respeto y consideración mostrada por este caballero, no solo al señor Rubí y la anterior directiva, sino a los presentes en general, pretendiendo imponer su criterio a todos los colectivos de personas asistentes ha sido sumamente desagradable, falta de sentido y particularmente ofensiva, teniendo en cuenta el motivo que reúne a este grupo de almerienses en asamblea, que no es otro que el de procurar que la celebración del Milenio de nuestra ciudad se realice de la mejor manera posible y de acuerdo con la importancia del hecho.
ResponderEliminarPrecisamos de la intervención en positivo de todos, señor mío, y ello se consigue sumando, en positivo siempre, para hacer posible las distintas celebraciones proyectadas, sin alteraciones del orden como las sufridas esta tarde infausta por un grupo de colectivos y particulares que solo buscamos arrimar el hombro para conseguir lo mejor para Almería y provincia.
Pretender imponer un criterio personal a todos no es de recibo, señor Lirola. Pretender tener la exclusividad en el uso de la palabra, tampoco. No atender al orden en una asamblea, pues qué quiere que le diga, además de que es una falta de respeto y de educación, a secas. Y pretender que todos están equivocados, excepto usted que está, al parecer, en posesión de una razón infusa que solo usted conoce, tampoco.
Mire Usted, Sr. García Vargas, a mí la falta de respeto es la de tratar de impedir que en una Asamblea no me dejen plantear y hacer constar una cuestión de procedimiento y se me reprima el que hable, llegando incluso a tratar de votar el que no pueda hablar. Eso es muy, muy grave e intolerable. Pero el sentido de la democracia de algunos resulta curiosa. La democracia hasta en el pensamiento y votemos que no se pueda ni hablar en un tema que era fundamental. ¿Con qué legitimidad trataba de poner orden Liberio López, que trataba de actuar de presidente sin serlo y quien ha llegado hasta a forzarme físicamente para que no pudiera terminar de decir lo que quería hacer constar? El vídeo y el debate de todo lo que aconteció ayer seguramente serán muy elocuentes.
EliminarQueda aún una posibilidad siquiera sea remota de que todos, todos empecemos a respetarnos?. Por ahora bastaria con intemtarlo, siquiera sea porque lo del Milenio lo estamos haciendo de pena; hemos olvidado que todos son necesarios, nadie sobra...pero tampoco imprescindibles. Y por supuesto esta es la primera y última vez que tomo las cosas del Milenio con moderacion, pero es que siento verguenza ajena por lo mal que está saliendo todo
ResponderEliminarVaya, le di a publicar sin poner mi nombre y no quiero figurar como anónimo cuando digo algo.
ResponderEliminarNota de la Redacción: En relación con el debate suscitado en este artículo, La Opinión de Almería está recibiendo multitud de comentarios anónimos. Aunque de muchos de ellos se conoce su procedencia, comunicamos a estos 'señores' -especialmente a uno, que él sabe quién es y posiblemente también el resto de intervinientes en el debate- que se evite las molestias de enviar nada, pues no se van a publicar.
ResponderEliminarMe equivoqué al parecer al pulsar la tecla y se perdió el texto. Lo expongo de nuevo: Veo, señor Lirola, que sigue tergiversando lo ocurrido. ¿Olvida que usted no estaba solo en la asamblea? ¿No cae en la cuenta de que asistían más personas, todas ellas adultas y capaces de juzgar con racionalidad? ¿No recuerda que aun sin dejarle hablar —como dice—, usted acaparó más de un tercio de lo que se habló en la asamblea? Dice que se le forzó físicamente a soltar el micrófono. ¿No se le pidió por todos, encarecidamente, que lo soltara, en infinidad de ocasiones, para poder seguir el orden lógico de las cuestiones que habían motivado la asamblea? ¿Acaso era de su propiedad? No, hombre, no; usted forzó a que se le tuviera que arrebatar para poder continuar el orden que usted alteraba con sus intromisiones constantes. Seguro que se grabó, señor, y eso hace pensar que actuó así a propósito para mostrar después la «violencia» ejercida contra sus «democráticos derechos». ¿Habla usted de democracia? Le recuerdo, por si lo ha olvidado, que esta consiste en acatar los acuerdos de la mayoría y si esa mayoría es del 90 por ciento o más en su contra y aún así cree que ha sido injusta la decisión, entonces, creo que debería revisar con urgencia su particular visión de lo que es una democracia. Por último: su expulsión de la Asociación se propuso y fue votada por abrumadora mayoría a favor. ¿Considera también que eso es antidemocrático? En fin, no creo que tenga mucho sentido seguir con esta cuestión pues solo conduce a desviar una atención que debe centrarse exclusivamente en nuestra ciudad y la celebración de su Milenio.
ResponderEliminarSi lo grabé (y no fui el único) es para evitar tergiversaciones como la que hace Usted (se podrá comprobar si, como dice, acaparé más de un tercio de lo que se habló y no se me pemitió exponer lo que tenía derecho como socio, al igual que los demás, pero no para negar el derecho a la voz de ninguno).
EliminarNo se me dejó plantear una cuestión de procedimiento inicial pues se habían producido irregularidades diversas en la convocatoria y quería hacerlas constar en acta (no se convocó a todo el mundo, se cambió el lugar y también la fecha que había sido aprobada por la Junta Directiva, sin dar explicaciones); un vocal (Liberio López) actuaba de Presidente, mientras la Presidenta (Elodia Ortiz) callaba; no había secretario que levantara acta pues había dimitido (solo ante mi insistencia, la Presidenta dijo que ella la levantaría).
Y lo más grave, con la ley en la mano, Ustedes no son socios de AMRA pues no han sido aprobados por la Junta Directiva como exigen los Estatutos. Soy consciente de que no es culpa suya, sino de la ineptitud del anterior Presidente, Blas Fuentes, con la complacencia de Alfonso Rubí que, de ese modo, a través de la empresa de su hija (Filigrana Comunicación, a la que por cierto aún hay que seguir mandando las solicitudes, lo cual es escandaluso), controla las altas, sin que pasen por Junta Directiva ni exista registro oficial de socios legalmente establecido. Así, como comprenderá, se puede amañar cualquier elección, ¿no cree? Por eso, retiré mi candidatura y pedí que cualquier persona decente la retirara, proponiendo previamente que salieran las 13 personas que nos presentábamos y no se impusiera una candidatura ad hoc que tenía voluntad excluyente de un sector de socios, entre los que me encontraba, pero que no soy el único.
¿Y qué le parece que cuando se me dio la palabra, por mi mucha insistencia, y con titubeos de dármela del falso presidente, un sector, entre el que se encontraba José Luis Raya, padre de la candidata finalmente electa, abandonara la sala para no oír lo que le había explicado: que todo parecía un chanchullo? ¿Y ese señor quiere salir elegido por UPyD? Es un tema del que creo que se debe hablar.
Vaya vaya, hombre. Qué mala suerte la suya. Nadie le comprende. Le confesaré, aquí entre nosotros, que yo fui uno de los que abandonó la sala cuando —para tratar de calmarle— se le permitió hablar a ver si así se callaba (aunque parezca un contrasentido). Confieso que no estaba preparado para seguir escuchando sus ‘cosas’ pero le prometo que a la próxima intentaré ser más comedido. Aunque, me pregunto, si no habré hecho méritos para figurar (puesto que veo que tiene munición para todos los que opinan distinto) como diana de sus dardos al haber osado ausentarme perdiéndome la oportunidad de gozar de su Verbo; espero que tenga su carnet de enemigos completo. Le podría razonar muchas cosas, señor Lirola (y rebatir otras tantas), pero nunca me ha gustado el cruce de monólogos unidireccionales; prefiero el diálogo en positivo y si este no es posible entonces me retiro. Espero que la vida le sonría a ver si así se modera un poquito y deja de cazar patos en su bañera. Un saludo, sin acritud, como diría aquel.
ResponderEliminarNo quiera estigmatizarme y ponerse Usted a sentar cátedra. La modestia es buena medicina contra la arrogancia. Fuimos varios los que retiramos nuestras candidaturas a lo que parecía un chanchullo evidente y fuimos un buen número los que nos abstuvimos de votar. En mi caso me quedé hasta el final de la reunión pues me gusta escuchar antes de opinar, siento que a Usted le vaya lo de prejuzgar y no escuchar los argumentos que pueda dar. Y, por cierto, no me gusta la caza de ningún animal.
EliminarPOR ALUSIONES.
ResponderEliminarMe he querido negar a intervenir en esta cuestión, pero ante la insistencia del Sr. Lirola, he de explicar mi postura para ausentarme de la sala.
Mi ausencia obedece a dos premisas, la primera es que conocía la intervención del Sr. Lirola, pues él mismo me la habia comentado y yo ya le habia indicado mi postura. Y la segunda es que creo que el Sr. Lirola no puede convertirse en Juez y Parte, y no atender a la voluntad de la mesa y de los asistentes que le pidieron reiteradamente que se sentara y esperara su turno (las razones que pudiera tener pierden peso ante su actitud).
Soy de la opinión de que en democracia las formas son fundamentales y la falta de respeto que el Sr. Lirola tuvo para con la mesa y para con los asistentes, no podía ser "premiada" con la presencia de los socios de AMRA, es por esto por lo que me levante y me ausente de la sala.
En cualquier caso, el Sr. lirola es parte (y deberia dejar de ser Juez a un tiempo) y en tanto si cree lesionados sus derechos o los derechos colectivos, debería dirigirse a los órganos de la asociación y si estos no actúan dirigirse a los tribunales. En cualquier caso cuando vaya a una reunión debe tener respeto a los órganos de la asociación y respeto a los asociados; algo que viene siendo necesario para reclamar el mismo trato.
Que diga Usted que quiero ser juez siendo parte porque quería hacer constar en acta y ponerlo en conocimiento de todos irregularidades importantes es, sencillamente, negar el derecho de un ciudadano a la palabra. Entre otras cosas, Liberio López Aguilera actuaba de Presidente sin serlo y nadie estaba levantando acta de la reunión, pues el secretario había dimitido. ¿Debemos ser sumisos ante la ilegalidad manifiesta y acatarla sin discutirla?
EliminarY muy coherente por su parte de convertirse en juez (premiando o castigando a quien Usted considera) siendo parte, pues es el padre de la candidata electa.
¿Y qué le parece lo que dijo su mujer de que "votemos si le dejamos hablar"? El talante democrático que se respira en su casa es realmente elocuente. Tengo interés en saber si es el mismo que se respira en su partido o es solo cosa solo de Ustedes.