Gabriel Sánchez Ogáyar
Escritor
Se incrementa la venta
ilegal de pescado en el puerto de Almería, haciendo que los ánimos de
mayoristas y armadores empiecen a caldearse,
amenazando con provocar un conflicto de resultados imprevisibles. Y no
es para menos. Si no, juzguen ustedes mismos.
Desde que hace dos meses
denunciásemos la segunda venta de pescado prohibida por ley y la venta ilegal
de productos del mar que se realiza en furgonetas fuera de la lonja, aunque
dentro del recinto portuario, la actividad, lejos de erradicarse, ha ido “in crescendo”.
Pero lo que antes era malestar se ha convertido en indignación después de que
los vendedores ilegales, lejos de realizar dicha venta de "tapadillo “como
hasta ahora la venían realizando, utilicen con impunidad las nuevas tecnologías
que los teléfonos móviles les aportan.
Recordemos que si bien,
tras la denuncia, Trinidad Cabeo convocó de inmediato a J. Manuel Ortiz, delegado
de Agricultura y Pesca de la
Junta de Andalucía en Almería, a una reunión en las oficinas
portuarias con los representantes de los afectados donde estos pusieron sobre
la mesa la situación, el problema a día de hoy se ha enquistado aún más.
Cierto es que las dos Administraciones
competentes se comprometieron a actuar y que rápidamente, a pesar de ser fecha
vacacional, empezaron a tomar medidas. Sin embargo, visto lo visto, estas han tenido escasos resultados, al menos
hasta el momento.
Desde la delegación se
han llevado a cabo inspecciones in situ, comprobando si, como mayoristas y
armadores denunciaban, se llevaba a cabo segunda venta. Por otro lado, la Autoridad Portuaria
ha encargado a su equipo jurídico un decreto que prohíba dicha actividad ilegal
que perjudica gravemente al sector pesquero que ve como el pescado traído de
otros puertos compite con el descargado en la lonja por nuestros pescadores,
bajando el precio del producto que se vende en la misma al ofertarse mucho más
barato, más aún teniendo en cuenta que se vende sin IVA; dicho de manera
coloquial, en negro, sin la obligatoria factura y sin pasar los preceptivos
controles sanitarios.
Las medidas, por el
momento, han sido poco efectivas. Es más, lejos de erradicar el asunto, ha
“encabronado” a los vendedores ilegales que ahora se muestran incluso
provocadores.
Para muestra sirva uno
de esos Whatsapp que minoristas, armadores y mayoristas recibieron el pasado
lunes 29 de septiembre y cuyo texto es el siguiente: “mañana almejas, lo fueron
berberechos, pescado y lechas, rapes, brecas, herreras, calamares, brótolas de
piedra y gallo Pedro, lengueron". Debajo, en otro whasapp, se puede leer: “almejas,
coquinas y berberechos” y añaden en actitud claramente provocativa e
insultante: “vamos a dar por culo, almejas de Huelva”
La indignación y las quejas
por parte de los afectados no se han hecho esperar. A través de su portavoz
hemos podido saber que preparan una reunión con el ánimo de movilizarse y
estudiar acciones de protesta además de denunciar ante los tribunales a la Delegación de
Agricultura y Pesca de la Junta
de Andalucía, Autoridad Portuaria y Seprona, por permitir dicha actividad.
Puestos en contacto con
Trinidad Cabeo, quien ha tenido acceso a dicho whatsapp, se ha pronunciado de
la siguiente manera: "He dado indicaciones claras de no permitir dicha
actividad en el puerto, y echar a los vendedores ambulantes del mismo. He
comunicado el tema a la
Delegación de Agricultura de la Junta de Andalucía para que
se personen y sancionen dicha actividad. Sé que soy parte del problema, un
problema que estoy dispuesta a afrontar y al que voy a dar solución a
pesar de no tener capacidad
sancionadora. Que a nadie le quepa duda de que actuaré con contundencia".
La patata caliente con
la que Trinidad Cabeo se ha encontrado no es un hecho nuevo. Dicha actividad
permitida y acallada se viene realizando de manera encubierta desde hace muchos
años sin que hasta el momento nadie se haya atrevido a poner coto a la misma.
Una solución que no solo compete a la Autoridad Portuaria ,
sino también a la Junta
de Andalucía y al Seprona, que están obligadas a constatar la procedencia de la
mercancía.
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