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De cuando Líjar y Francia firmaron la paz

Pedro Mena Enciso
Profesor de Historia

Nos detenemos hoy en un pueblecito encantador y casi desconocido por muchos: hablaremos de Líjar, uno de los enclaves más pequeños de la Sierra de Los Filabres, pueblo de origen antiguo que en el mes de octubre cobra inusitado interés por un hecho histórico verdaderamente original y sorprendente. Porque resulta curioso y hasta asombroso pensar que este pequeño municipio de la provincia llegó a declarar la guerra a la todopoderosa Francia. Y, ustedes como yo, nos preguntamos: ¿cómo y por qué pudo suceder semejante hecho histórico? Desde luego, los escasos habitantes del pueblo, con su alcalde a la cabeza, sí que demostraron un patriotismo apasionado, fuera de toda duda.

Ayuntamiento de Líjar
El detonante va unido al recibimiento frío y distante del que hicieron gala los franceses durante la visita del Rey Alfonso XII (un monarca muy querido por el pueblo) a París. Los españoles se sintieron agraviados e incluso atacaron con piedras la embajada francesa en Madrid y, aunque los franceses se disculparían posteriormente, sin embargo los ciudadanos de Líjar no aceptaron excusa alguna y se sintieron despreciados.

Así, vemos que el 14 de Octubre de 1883 Lijar declara la guerra a Francia. Como pueden imaginar fue algo simbólico, que tenía su origen en el sentimiento por una España que el fogoso Alcalde y sus convecinos ven que está siendo ninguneada en la persona de un Rey al que consideran el representante legítimo del país. A continuación, merece la pena reproducir algunos párrafos textuales del Acta declarando  la guerra:

En la villa de Líjar a 14 de octubre de 1883… se hizo saber al Ayuntamiento, que al pasar por París, el Rey D. Alfonso de regreso de su viaje el día 29 de septiembre último, fue insultado, apedreado y cobardemente ofendido por turbas miserables, pertenecientes a la Nación Francesa. Que el más insignificante Pueblo de de los Filabres, debe de protestar en contra de semejante atentado, y hacer presente, recordar y publicar, que solamente una mujer vieja y achacosa, pero hija de España, degolló por si sola treinta franceses que se albergaron, cuando la invasión del año ocho en su casa. Que este ejemplo solo, es muy bastante para que sepan los habitantes del Territorio Francés, que el pueblo de Líjar… está dispuesto a declararle guerra a toda la Francia, computando por cada diez mil franceses un habitante de esta villa. Pues es necesario que sepa el Territorio Francés, que España ostenta en su escudo, la insignia de más valor que puede ostentar la primera nación del Mundo. Tiene nada menos que un León. Cuenta la Historia Española,  un Sagunto, un San Marcial, Bailén, Zaragoza, Otumba, Lepanto y un Pavía, que ninguna Historia de las que se conocen hasta el día puede presentar ejemplos tan terribles. Que un Carlos I de España, supo hacer prisionero a un Rey Francés, y cuando lo guardaba en Castilla, con cuantas consideraciones se albergan únicamente en pechos Españoles, supo el solo atravesar, la Francia aterrorizando con su figura el Mundo. Que también hubo un Felipe II, que en su reinado supo abarcar de uno a otro confín de la Tierra y que ahora… hay todavía vergüenza y valor para hacer desaparecer del mapa de los Continentes a la Cobarde Nación Francesa. El Ayuntamiento, acuerda unánimemente declararle Guerra a la Nación Francesa, dirigiendo comunicado directamente al Presidente de la República Francesa, anunciando previamente al Gobierno de España esta Resolución…”.

Así pues, no hubo batallas, sólo palabras que perduraron 100 años en el tiempo para, por fin, llegar a “fumarse la pipa de la paz”, un 30 de Octubre de 1983:

“En la villa de Líjar, provincia de Almería, siendo las doce horas del día 30 de Octubre de 1983. Se acuerda firmar la Paz entre Líjar y Francia, tras cien años de guerra incruenta,... Y para dejar constancia firman de una parte los representantes del Estado Francés, y de la otra el Ayuntamiento de Líjar, firmando como testigos autoridades civiles y militares de la provincia y toda la población de Líjar…”.

Y, como muestra de ello, una placa conmemorativa del acto al que acudieron autoridades de ambos paises: “SIENDO REY DE ESPAÑA D. JUAN CARLOS I. PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE FRANCIA FRANCOISE MITTERAND Y ALCALDE DE LÍJAR DIEGO SÁNCHEZ CORTES SE FIRMO LA PAZ EL DIA 30 DE OCTUBRE DE 1983 DESPUÉS DE 100 AÑOS DE GUERRA INCRUENTA”.

Así pues, queridos lectores, aunque hubo que esperar un siglo para poner fin a las hostilidades, el bravo gesto de esta población de poco más de 500 habitantes resultó más bien simbólico y hasta simpático para todos. ¡Viva Líjar!

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