Mar
Verdejo
Ingeniero
Paisajista
Viendo
un adelanto del documental sobre el Desierto de Tabernas y sus orígenes, de
National Geographic, me pregunto quién puede pensar que no hay ni vida ni
belleza. El paisaje es nuestro propio corazón que late vida y del que estamos olvidando
su frágil belleza.
Después
de la conquista de los Reyes Católicos, el viajero y médico alemán Jerónimo Münzer
visita Almería entre 1494-1495. Durante cuatro días visita nuestra provincia y escribe
de su viaje por Tabernas: “…nos amaneció en un risueño valle regado por un
riachuelo, a cuyas orillas extendiéndose frondosas huertas y verdes campos,
donde crecen la palmera, el olivo, el almendro y la higuera haciéndonos la
ilusión de que caminábamos por el Paraíso”.
Pero
este paraíso ha sido gravemente alterado. Una irrigación de más de 350 hectáreas está
poniendo en peligro el ecosistema. Una explotación agrícola extensiva de
regadío de más de 600.000 olivos está plantada en una zona que antes era de uso
forestal y que han convertido en agrícola. El terreno ha sido roturado, dejando
atrás parte de las estepas almerienses, fruto de la sequía del clima de la zona,
y que tal vez son la única que pueden considerarse como originales.
La
flora ha llegado a especializarse y protegerse de las duras condiciones climáticas,
encontrándose plantas de gran interés científico y melífero como las jaras y
las artemisas, bajo las cuales anidan las perdices y los halcones peregrinos, además de águilas
perdiceras
y reales que bajan a cazar a la estepa.
Los
ratones y pequeños roedores sirven de alimento al búho real. A los zorros los
encontraremos cazando al atardecer. Entre las aves esteparias destacan la
cogujada, la terrera, el alcavarán y sisón ortega.
Así
pues, 600.000 olivos en cultivo intensivo han terminado con la flora autóctona y
el hábitat de su fauna. Además se riega con aguas del acuífero que ya estaba
sobreexplotado en el año 2008 y ahora se estima que está un 230 % por encima de
sus niveles sostenibles. Es el acuífero Nevadofilabre-Alpujárride, de más de
100 millones de años y que ha sido perforado para dar riego a la explotación agraria.
¿Cómo
se ha podido hacer esto de la noche al día y, supuestamente, con los permisos
pertinentes? El proyecto ha sido fraccionado en, al menos, dos proyectos de
menos de 100 has. Porque así se eludía la exigencia de la evaluación de impacto
ambiental. Y la tramitación de los cambios, que suele tener una duración no
inferior a un año, se ha producido en este caso en con una celeridad tremenda: ¿cómo
es posible que se le haya otorgado el permiso para extraer agua para riego mediante
pozos sin que haya autorización? Y ¿cómo es posible que hayan estado saliendo vertidos
de aguas residuales todo el verano por la Rambla de Tabernas?
Le
prometí a una lectora que esta semana escribiría sobre la belleza porque
andamos saturados de información no muy positiva. Sé que hablar de belleza
crítica también le reconfortará.
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