Antonio Felipe Rubio
Periodista
La
información sesgada y la escasa convicción nos obligan a transitar por un
marasmo de dudas. Desde
que se prometiera el AVE para Almería todo han sido retrasos, incumplimientos e
improductivos reproches. De nada vale relacionar los compromisos de fechas, los
tramos construidos en medio de la nada o las ridículas partidas
presupuestarias; eso sólo conduce a la melancolía. Partimos
de un pecado original que hemos consentido sobrellevar con una actitud crédula
y pastueña.
Muchas incógnitas |
El AVE para Almería no existe. Se trata de un sucedáneo, una
alternativa más barata… en definitiva, una cosa mejor que la que ya tenemos;
por otro lado, algo muy sencillo de conseguir dadas las circunstancias
actuales. En Almería se han experimentado todos los conceptos eufemísticos de
las posibles opciones ferroviarias. Primero se intentó con el AVE; luego
apareció el Tren de Velocidad Alta y, ahora, el Tren de Altas Prestaciones.
Pero, lejos de centrar el asunto en su preciso contexto técnico, dirimimos si una
vía única o vía doble; ambas opciones, sin aclarar a qué tipo de unidad
ferroviaria se refieren.
En
la reciente e infructuosa visita de Rajoy se deslizó el más desazonador mensaje
-por reiterado- que nos vuelve a sumir en la incertidumbre: “El AVE es una
prioridad, pero se hará cuando haya disponibilidad presupuestaria y no digo
para cuándo”. Este “brillante” argumento es idéntico al empleado por la Junta para dejarnos sin
Materno-Infantil o para esperar diez años la conclusión de la A-92 .
La
posición de Cámara y Asempal se justifica fácilmente con un breve ejercicio de
agravio comparativo y sucintas referencias históricas. De ahí que, frente a las
vaguedades y divagaciones del Gobierno de Rajoy, los empresarios planteen un
injusto déficit de infraestructuras que se traduce en un angustioso esfuerzo
adicional para alcanzar un imposible equilibrio de competitividad. No tenemos
AVE, la A-7
interminable, el avión a 500 pavos… y la respuesta es que es “prioritario”.
¡Qué coño prioritario! Lo prioritario, por definición, tiene prioridad sobre
todo lo demás. Ya está bien de pervertir el lenguaje. No tenemos bastante con
la confusión de AVE, Altas Prestaciones, Velocidad Alta… y ahora se utiliza el
concepto “prioridad” como un anestésico de conciencias y reivindicaciones.
En
respuesta a los empresarios, la
Diputación (Javier Aureliano) “aclara”: “Si una vía única con
apeaderos (apartaderos) es suficiente para el transporte combinado (…) o si no
iremos a dos vías si fuese necesario”. Paupérrima convicción y escasísima
información. Hemos
carecido de agilidad y músculo social para evitar tanta dilación que dirime en
fracaso.
Acabo
de leer que “El Corte Inglés renuncia a Almería por inviabilidad ante la caída
del consumo”. ¡Qué casualidad, justo cuando se avizora la recuperación! La
pregunta es ¿Cuántos Corte Inglés se instalaron en otras localizaciones desde
que se intentó en Almería? ¡¡¡Siete!!!
No
voy a entrar en las estrategias de los grandes almacenes ni en la
intencionalidad inserta en la difusión de la noticia. Simplemente, no me creo
nada y este tipo de globos sonda abrigan intereses que aflorarán en el momento
propicio para adquirentes y adquiridos.
No
olviden que, de ser cierto, El Corte Inglés habría fracasado en la capital al
estar mareando su instalación tanto tiempo como el AVE, soterramiento,
Materno-Infantil… Y eso que se trata de una iniciativa privada, pero con las
interesadas interferencias políticas que, una vez más, nos obsequian con otra
oportunidad perdida.
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