Juan
Torrijos
Periodista
Hace
unos días les contaba por este rincón que lo importante de las cuentas
presupuestarias no es lo que diga el papel, él lo aguanta todo, lo que vale es
la inversión real que se haga durante el curso. Ese mismo día estaba
reconociendo la consejera de Hacienda que la Junta de Andalucía se había gastado hasta ese
momento en Almería tres de cada diez euros presupuestados para el año en curso.
¿Dónde están los siete de cada diez restantes, le inquiere uno a la presidenta?
Montero, consejera |
Si estamos
en el tercer trimestre y avanzado, no parece que el Gobierno andaluz de doña
Susana Díaz tenga tiempo para superar esa cantidad, por lo que entiendo que
Almería pierde el setenta por cien de lo que estaba previsto invertir durante este
año. Mucho dinero el que se pierde, señores de la Junta , mucho dinero el que
se pierde, señores del Psoe e Izquierda Unida. Demasiado dinero para una
provincia que tiene más de ochenta mil parados apuntados en las oficinas del
Inem.
Pero
cuando este año no se han gastado el setenta por ciento de lo previsto, ya nos
está diciendo la señora Díaz que el del año que viene aumenta un diecisiete por
ciento la inversión en obra pública. ¿Nos lo creemos? Lo que a ustedes les
parezca, pero ¿quién nos garantiza que dentro de un año no nos vuelven a
reconocer que sólo se han gastado tres de cada diez euros presupuestados?
La
pregunta: ¿Para qué hacen unos presupuestos, nos los venden como el maná si después
no los van a cumplir? No lo digo yo, lo reconoce la propia consejera y en sede
parlamentaria. ¿Sirven para algo los presupuestos de los gobiernos?
Me
temo que no. Conocemos algunos que han ampliado los de años anteriores durante
lustros y no ha pasado nada. El documento más importante del Gobierno, se dicen
ellos. Y luego van y no lo cumplen, o lo hacen en un treinta por ciento, o lo
que es lo mismo, se lo pasan por el forro de sus dichosas ambiciones.
Llama
la atención que cada año nos vienen diciendo lo mismo, pero cada año, y no se cansan,
oiga. ¿Nos toman por tontos? Entiendo que sí. Como después vamos y les votamos,
ellos tan tranquilos. No hay por qué preocuparse, estos cándidos ciudadanos se
lo tragan todos, con dos palabritas dichas en voz alta y con cierta convicción
y los volvemos a tener comiendo de nuestra mano.
Y el
caso es que tienen razón, volveremos a comer de sus manos.
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