Gaia
Redaelli
Directora
General de Rehabilitación y Arquitectura de la Junta de Andalucía
Si
la ciudad se define, por analogía, como un organismo urbano en el que las
calles son las arterias, las viviendas los músculos y los edificios públicos
los ganglios vitales, podemos decir que el casco histórico es definitivamente
su corazón: ese órgano principal capaz de enviar a todo el cuerpo la sangre y,
por lo tanto, la vida. Como en el organismo humano, el corazón es un músculo formado además de
tejidos, válvulas, conductos: un complejo y equilibrado conjunto que vive de
elementos principales y otros accesorios.
Plaza de la Constitución |
Retomando la analogía, los elementos
principales de nuestras urbes son los edificios y el espacio público; el
accesorio es el denso tejido residencial en el que se desarrolla la vida
cotidiana. Todos juntos, de forma aparentemente incomprensible y sin embargo
cierta, permiten el funcionamiento del complejo organismo urbano. Permiten la
vida de la ciudad.
La especulación que ha afectado a las ciudades españolas, y entre ellas a las andaluzas, en las últimas dos décadas ha producido sin duda una ocupación desmesurada del territorio y al mismo tiempo ha significado un paulatino e inexorable vaciado de nuestros centros históricos, es decir, un debilitamiento de su corazón, de su estructura vital. En Almería, que como muchas otras ciudades ha sufrido ese fenómeno, el corazón del corazón es sin dudala Plaza
de la Constitución ,
popularmente conocida como Plaza Vieja.
La especulación que ha afectado a las ciudades españolas, y entre ellas a las andaluzas, en las últimas dos décadas ha producido sin duda una ocupación desmesurada del territorio y al mismo tiempo ha significado un paulatino e inexorable vaciado de nuestros centros históricos, es decir, un debilitamiento de su corazón, de su estructura vital. En Almería, que como muchas otras ciudades ha sufrido ese fenómeno, el corazón del corazón es sin duda
Inscrita en el ámbito de la tradición
de las plazas mayores españolas, este bellísimo espacio público almeriense de
forma irregular (a diferencia de las demás, de proporción ajustada a la medida
humana y por lo tanto más agradable) ha sabido adaptar sus usos y actividades,
consolidando su papel como centro vital del casco histórico. De mercado a lugar
de festejos cívicos y religiosos, de lugar de actos taurinos a espacio de
representación institucional, la
Plaza Vieja ha mantenido un hilo conductor que permanece en
la historia y que la convierte en centro de la vida social de la ciudad.
Es esa vocación de lugar público, a la vez que de activador urbano y social, lo que hoy una vez más permite actualizar el valor de este espacio, tras varios años de abandono, en la contemporaneidad de sus usos colectivos. La puesta en marcha de la segunda fase de rehabilitación dela Casa Consistorial ,
en el ámbito del Programa de Rehabilitación de Edificios de Interés Patrimonial
de la Consejería
de Fomento y Vivienda en colaboración con el Ayuntamiento, significa sólo un
primer paso de la reactivación urbana de la Plaza Vieja como
corazón capaz de devolver sangre y vida al centro histórico de Almería, tras
tantos años de afán expansivo y de ocupación del territorio.
Es obligación de los poderes públicos redirigir las políticas urbanas hacia ciudades más sostenibles y más humanas. Así lo entiendela Consejería de Fomento y
Vivienda a través de la apuesta por esta actuación en una zona tan delicada y
sensible de Almería. Desde la recuperación del patrimonio y del espacio y los
equipamientos públicos empezamos un camino que dota a los cascos históricos de
servicios accesibles para la ciudadanía (administrativos, sociales,
culturales....) y que al mismo tiempo significa el redescubrimiento de la
memoria de los lugares y rincones de nuestras ciudades.
Es esa vocación de lugar público, a la vez que de activador urbano y social, lo que hoy una vez más permite actualizar el valor de este espacio, tras varios años de abandono, en la contemporaneidad de sus usos colectivos. La puesta en marcha de la segunda fase de rehabilitación de
Es obligación de los poderes públicos redirigir las políticas urbanas hacia ciudades más sostenibles y más humanas. Así lo entiende
Una equilibrada
sinergia entre valor funcional y valor simbólico convierte la intervención en la Plaza Vieja en ejemplo
perfecto que procura invertir el camino de la especulación hacia la cultura de
la rehabilitación.
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