Kayros
Periodista
La
noticia es obviamente la venida a Almería este fin de semana del presidente del
Gobierno, Mariano Rajoy. Las caras serían las distintas versiones que han dado
los partidos, sobre todo el Partido Popular y el PSOE, a los que habría que añadir
también lo que piensa el sector empresarial. Por algo Rajoy tuvo dos
intervenciones: una en el Teatro Cervantes y otra en el Palacio de Congresos y
Exposiciones de Aguadulce.
Los
militantes que escriben del PP ya prepararon el acontecimiento poniendo de
relieve el amor que como pueblo nos tiene Rajoy. Por lo visto Almería es para
el presidente la niña de sus ojos. Sin embargo, llegó y no dijo casi nada sobre
nuestras necesidades más apremiantes. No se atrevió a dar fecha sobre el AVE (sin
duda recordaría la promesa de Rato, hace un montón de años, cuando nos dijo que
los almerienses tendríamos la Alta Velocidad
para el año 2005).
Dios
mío, cómo corre el tiempo. Estamos, si no me equivoco, en 2014 y nos aseguran
que alguna vez lloverá. Rajoy repitió sin cansarse que nos ha sacado de la
crisis más grande de este país. Esto lo sabíamos porque lo repite sin cesar en todas
partes. Noté como dos conversaciones distintas.
Desde
Almería, el presidente de la Cámara
y los socialistas pedían algo concreto y Rajoy contestaba por elevación sin
comprometerse. Diálogo de imbéciles. Al final comprendí que Rajoy, a sabiendas
de que su partido baja en las encuestas, no vino a solucionar nada sino más
bien a reforzar electoralmente con su presencia las candidaturas de Juanma
Moreno y de Luis Rogelio.
¿Cómo
casan las propuestas del PSOE que hablan de los 83.039 parados almerienses con
las alegrías de que ya estamos fuera de la crisis creando empleo neto? A los
enfervorizados militantes todo esto les tiene sin cuidado. En medio de esa
adoración algo paleta que crean aquí los presidentes cuando vienen (da lo mismo
que sea Franco, Adolfo Suárez, Aznar, Felipe González, Zapatero o Rajoy), lo
esencial es la foto o tal vez hablar de las tapas, como ha visto bien nuestro
humorista.
Nuestro
ínclito Amat, que no se pierde una ocasión de chupar cámara, tenía en aquel
momento en Roquetas una concentración ciudadana protestando contra la subida
del IBI y el derroche municipal.
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