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Rajoy intenta salvar a Moreno Bonilla en Almería

José Alejandro Vara
Periodista

Retorna por cuarta vez el presidente del Gobierno a Andalucía desde que colocó a Juan Manuel Moreno Bonilla al frente del partido en esa comunidad. Lo hace esta vez a Almería, donde participará en un acto empresarial y en un encuentro con militantes. En ocasiones anteriores viajó a esta comunidad con ocasión de las elecciones europeas, donde el batacazo de su partido resultó estrepitoso. Llevaba el PP sin perder tres elecciones consecutivas hasta que apareció la figura de Juanma Moreno en la cúspide de la formación. Y la buena racha se rompió.

Rajoy y Moreno Bonilla
Andalucía parece cada vez más perdida en los planes del partido del Gobierno. Moreno Bonilla, hombre de Javier Arenas y apadrinado también por la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, no logra traspasar la línea de aceptación de la sociedad andaluza. Los dirigentes veteranos del partido se quejan de su desidia, de su equivocada estrategia, de su complacencia hacia la presidenta de la Junta y, en suma, de no movilizar suficientemente a la militancia que se siente cada vez más desasistida. También mencionan reparos hacia su actual equipo, algunos de cuyos miembros tienen una hoja de actividades no precisamente transparentes. "Pero en Madrid no se enteran. Algo conoce Cospedal pero tiene las manos atadas", dice una fuente muy bien informada.

Un impulso que no llega. La cita de las municipales inquieta al PP ya que hay demasiado en juego. Junto a Madrid y Valencia, late una particular inquietud por lo que pueda ocurrir en Andalucía, donde el PP gobierna en todas las capitales de provincia, así como en localidades de enorme relevancia como Jerez o Marbella. Se teme un retroceso electoral grave, porque el supuesto impulso que Juanma Moreno iba a imprimirle a su formación de momento no existe.

El PP andaluz tiene una singular estructura, con más de treinta coordinadores y casi 80 secretarios de Área. "Son todo un ejército. Hay más gente en el organigrama que en la calle haciendo política, proselitismo, buscando simpatizantes o vendiendo las siglas", comentaba recientemente a este diario un muy conocido dirigente del PP de Cádiz. Elías Bendodo, presiente de la diputación de Málaga, gran amigo de Moreno Bonilla y uno de los fieles y leales a Arenas, es quien controla el partido y quien aconseja a su presidente. Un factótum de la organización, un muñidor en la sombra, un personaje a quien no todo el mundo quiere ver demasiado por Madrid.

La estrategia es no denunciar en exceso los casos de corrupción que salpican a la Junta andaluza, no obsesionarse con el caso de los Eres, no salir en defensa abierta de la jueza Alaya (nunca se sabe) y evitar el choque frontal con el PSOE andaluz. Moreno Bonilla mantiene muy buenas relaciones con Susana Díaz, lo que no puede decirse del trato que dispensa a algunos curtidos dirigentes de su formación, muy quejosos por la escasa atención que se les presta desde las cumbres de la dirección del partido.

Rajoy visita de nuevo Andalucía en su empeño por avalar e impulsar la figura de su hombre en el Sur. En Génova están muy preocupados con la evolución de los acontecimientos porque no parece que haya demasiado tiempo para dar un golpe de timón. Rajoy tendrá que volver. Cinco, seis... Las veces que sea necesario hasta hacer de Moreno Bonilla o bien Moreno o bien Bonilla, como dice el chiste que circula por el PP andaluz.

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