Emilio Ruiz
www.emilioruiz.es
Desde
que César Martín Cuadrado abandonó
la alcaldía de Vera –y eso fue allá por el siglo pasado-, su partido, el PSOE, anda
como pollo sin cabeza. En las elecciones locales de 2011 los veratenses le
dieron dos concejales, Isabel de Haro
y José Manuel Caparrós Rasmussen,
que se quedaron en uno después de que este último se pasara al grupo de los no
adscritos. “No tengo nada contra el PSOE, dimito sólo por discrepancias con la
que dirige el partido en Vera”, fue la justificación que dio entonces.
José Manuel Caparrós Rasmussen |
Como
parece que al concejal Rasmussen le gusta esto de la política, anduvo poco
tiempo huérfano de partido. UPyD le echó el guante y le hizo delegado local.
Pues también, ahora, ha dimitido de ese cargo. Esta vez, como no tiene una Isabel de Haro que echarse a la boca,
puesto que él es su propio jefe local, dice que deja de ser delegado local del partido de Rosa Díez porque “los afiliados de Vera
se sienten abandonados y ninguneados por la dirección andaluza de UPyD”. Además,
considera injusta la destitución de Francisco
Sosa Wagner como portavoz del Parlamento Europeo. “Me causa pavor el
espectáculo de descalificaciones a las que se vio sometido”, asegura.
No
sé si José Manuel Caparrós Rasmussen
quiere dedicarse a la política. Si así fuera, tal vez tendría que saber que en
política los postulados personales muchas veces deben ser sacrificados en
beneficio de los postulados colectivos. Si no acepta eso, no habrá partido que
se adapte a sus exigencias. Excepto si él mismo se convierte en partido, que
cosas más extrañas hemos visto.
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