Gerardo
Vázquez
Asesor
Jurídico de AUAN
Si no hay nada que lo impida, el martes de la semana próxima tendrá lugar el entierro de la inversión británica en el Valle del Almanzora, bajo los escombros de dos viviendas que van a ser demolidas. Será un día triste, un día de luto. Con la caída de cada ladrillo caerán los sueños de los británicos que tuvieron la mala fortuna de invertir los ahorros de su vida en estas casas y de confiar que estarían protegidos aquí. Con cada movimiento de la pala excavadora se enterrará el futuro de una multitud de negocios y empleos.
Se repite la historia |
Las indicaciones son que lo van a conseguir. El certificado de defunción está
firmado. El problema es que nadie se hace responsable del difunto, pues nadie
admite tener pólvora en las manos. El papel no lo aguanta todo. No son sólo papeles, sino vidas humanas las que
estamos destrozando. Los compradores extranjeros no merecen este tratamiento.
La pregunta es: ¿por qué la
Administración y las autoridades no pueden ser prácticas y no
pueden resolver este problema ya? ¿Por qué tenemos que tener este continuo
goteo de demoliciones, en gran parte de británicos? Seamos sensatos. Dejémonos
de excusas y resolvamos estos problemas de una vez por todas.
No se entiende fuera de España cómo se pueden permitir injusticias materiales
de este calado. Incluso aquí existe un clamor social protestando por los
Derechos Humanos que están siendo pisoteados. Lo dicen los alcaldes del Valle
del Almanzora. Lo dicen las Asociaciones, los comerciantes, los profesionales y
la sociedad civil en general. ¡Sensatez, por favor!
Ojalá nos equivoquemos en todo esto y por fin podrá empezar a primar la
sensatez por el bien de todos. Pero el temor es que el día 18 se pondrán más
clavos en el ataúd del bienestar social y económico del Valle del Almanzora.
Entonces, a vestir de negro, pues serán días de luto.
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