Antonio
Quesada
@AntonioFQuesada
Saber
lo que tenemos, saber qué necesitamos, saber de qué podemos prescindir. A eso
se le llama control de existencias, un concepto que debe de haber pasado desapercibido
para el Ayuntamiento de la capital a la hora de elaborar los presupuestos del
próximo año. Las cuentas municipales que han trascendido suponen la constatación
de que el actual equipo de gobierno, de mayoría absolutísima del PP, ha tirado
la toalla cuando se ha visto en la tesitura de echarle imaginación y grandes
dosis de compromiso a unos presupuestos, que son, tal y como titulaba La Voz de Almería, de fin de mandato.
Luis Rogelio Rodríguez-Comendador |
No
aparecen en las previsiones del consistorio grandes proyectos novedosos –se indica-
y todo el dinero irá destinado a lo que ahora está en obras. Es decir, los
almerienses solo podremos esperar del actual alcalde y de sus concejales que
hagan lo que están obligados a hacer: arreglos, obras en calles, terminar algún
parque y este tipo de cosas.
Sin
embargo, no se vislumbra en las cuentas municipales para 2015 ninguna intención
más allá de eso. Esto es lo que tiene llevar un Ayuntamiento como si fuese una
empresa que, aunque el personal esté que se sube por las paredes, tu máximo empeño
sea poner el énfasis en el número de ladrillos y en los metros cúbicos de
cemento que te vas a gastar.
Por
eso no me extraña nada que se hable de estos presupuestos como los de fin de
recorrido, porque, efectivamente, no van a ninguna parte. No abordan las
evidentes carencias que siguen presentando la mayoría de los barrios ni
atienden como es debido as necesidades de la gente.
Igual
han trascendido estas cuentas así, con tan poco brillo, porque lo que realmente
se han elaborado han sido los presupuestos de la despedida, en los que se
pueden leer, entre líneas, frases del tipo: Esto es todo, amigos. Hasta aquí
hemos llegado. Fin de trayecto, gracias por su confianza y no olviden recoger sus
equipajes.
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