Carlos
Sánchez
Portavoz
del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Almería
El
refranero español nos dice que las prisas no son buenas consejeras y desde
luego esa premura, sumada a la desorganización, la mala gestión y la pésima
planificación, es lo que ha hecho que el Plan de Empleo Joven de la Junta de Andalucía para la
contratación
de
parados menores de 30 años sea, a día de hoy, un despropósito que ha llevado a
casi 80 jóvenes a renunciar a sus contratos.
Este
Plan está impulsado por fondos europeos y por el Gobierno de España y aunque en
principio su objetivo era loable, ya que iba a ofrecer la oportunidad de
trabajar a miles de jóvenes, la realidad es que, como casi todo lo que pasa por
manos de la Junta ,
se ha convertido en un sinsentido. Un caos que empezó en el momento en el que la Junta pidió criterios
diferentes para desarrollar el Plan de Empleo Joven, en el que había que
inscribirse, y el Plan de Empleo + 30, donde no era necesaria ninguna inscripción,
bastaba con ser demandante de empleo.
Esto
demuestra dos cosas: primero, que el gobierno andaluz no tiene un criterio único
para acabar con el desempleo en Andalucía, una región donde se dan las tasas más
altas de toda Europa, por encima del 35%, lo que se traduce en más de 1,5 millones
de parados. Y segundo, queda claro que la propia Junta se ha dado cuenta de que
el procedimiento de contratación para el Empleo Joven ha sido un caos y lo ha
modificado para el siguiente plan.
Pero
el mayor error que han cometido es que la Junta no ha provincializado las solicitudes y se
están dando casos tan inverosímiles como que a un arquitecto de Huelva lo
manden a trabajar a Almería, asumiendo de su bolsillo los gastos de transporte,
vivienda, etc., lo que les esta obligando a que, con toda la impotencia del mundo,
tengan que renunciar a sus contratos porque el sueldo cubre esos gastos y poco más.
¿Tan
difícil era contratar a desempleados en su propia provincia? Sobre todo cuando muchos
jóvenes almerienses, cumpliendo con los requisitos exigidos a través de la
convocatoria de la Junta ,
han sido excluidos y continúan aun en las colas del paro. ¿No había
arquitectos, aparejadores, médicos o topógrafos almerienses?
Queremos
parados almerienses para los puestos de trabajo de Almería, ¿tan dificil es de entender?
Para los que no se bajan del coche oficial seguro que sí. Y mientras tanto,
miles de jóvenes que tenían puestas sus esperanzas en esta oportunidad de
empleo ven cómo se juega con sus ilusiones.
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