Miguel José Ávalos González
Juan de Dios Rubio López
José Antonio Serrano Navarro
Este
31 de diciembre ha tenido lugar en Baza un nuevo acto en el que se ha
conmemorado el trigésimo aniversario del cierre de la antigua línea de tren
Guadix-Almendricos. Para quien no conozca el sentido y origen de dicho evento,
se viene celebrando en los últimos años para reivindicar la reapertura de esa
antigua conexión ferroviaria entre Granada y Murcia.
Estación de Zurgena |
Y en
esta ocasión (como en los dos últimos años), la actividad ha sido organizada
por una “plataforma ciudadana”, pero curiosamente “liderada” en la actualidad
por un cargo perteneciente a la asamblea local del Partido Andalucista de Baza.
Una práctica que se suele repetir por parte de la “oposición” en plataformas
con un contenido de interés general y que pueda otorgar rédito político. En
esas nobles causas, como la que traemos a colación, consideramos que es la
propia sociedad civil la que debe organizarse para alcanzar ese objetivo común,
y los políticos no deben inmiscuirse ni contaminar estas plataformas.
Básicamente, porque ya tienen sus propios medios.
Y
por otra parte, a nuestro parecer, quien originó esta problemática (la de dejar
a las comarcas de Guadix, Baza, Almanzora y Valle del Guadalentín sin
ferrocarril) difícilmente tiene derecho a exigir su solución: ninguna
credibilidad tiene que el partido cuyo Gobierno tomó la decisión política y la
mantuvo en diferentes legislaturas olvidada en el ostracismo, exija ahora desde
la tribuna la reapertura (PSOE).
Caso aparte es el de la actual Consejería de
Fomento de la Junta
de Andalucía (asignada a IU), que a nuestro entender, no lucha lo suficiente
por esta infraestructura –para la posición privilegiada en la que se encuentra
ahora-. Ni que el partido en el poder (PP) en la actualidad, que también
mantuvo olvidado la recuperación del ramal unos cuantos años, utilice la
reivindicación como arma política, otorgándose méritos con partidas
presupuestarias ridículas con respecto a otros territorios, discusiones p(ale)olíticas
a las que se unen los partidos minoritarios y que difícilmente llevan a una
solución.
Por todo ello, se hace preciso dejar de un lado los tintes políticos,
y sea la propia ciudadanía quien, sin intereses políticos y por el bien de su
tierra, participe directamente en la evolución de sus municipios y establezca
los mecanismos de coordinación inexistentes e imprescindibles para que
recuperemos de una vez por todas un medio de transporte que se arrebató a toda
una región.
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