Emilio
Ruiz
Este
pasado verano, meses antes de que el Banco Central Europeo iniciara el proceso
de supervisión de las entidades financieras con activos superiores a 30.000
millones de euros, entre ellos Cajamar –la otra entidad andaluza bajo supervisión
europea es Unicaja-, la cooperativa de crédito almeriense tanteó el mercado con
vistas a la captación de 350 millones de euros para capitalizar a su recién
constituido Banco de Crédito Social Cooperativo, que agrupa a la entidad
almeriense, que tiene la mayoría del capital, y a otras 32 cajas rurales
españolas.
Juan de la Cruz, presidente de Cajamar |
El
socio ‘natural’ de Cajamar en el BCSC era la aseguradora Generali, por la larga
y cordial relación que existe entre ambas en la comercialización de seguros. La
operación no se pudo llevar a cabo, primeramente porque aún estaban pendientes
los test de estrés que el BCE iba a realizar, y también, porque la multinacional
italiana pretendía realizar su oferta con una baja del 30 por ciento sobre
valor en libros.
Descartada
la aseguradora italiana, las negociaciones se realizaron con JC Flowers. La
oferta del fondo norteamericano no era tan exigente como la de Generali, pero,
en cualquier caso, superaba un descuento del 20 por ciento del valor en libros,
que tampoco cumplía las expectativas de Cajamar. Negociaciones con el fondo
Cerberus, al que Cajamar ha vendido su cartera inmobiliaria, tampoco llegaron a
buen puerto.
El deseo
de capitalización de Cajamar en 350 millones de euros obedecía a dos razones:
una, fortalecerse financieramente ante futuras absorciones de otras cajas
rurales; y otra, superar con holgura y sin exigencias adicionales los test de estrés
del BCE. Respecto al primer objetivo, la ‘Ley Guindos’ de reestructuración de
las cooperativas de crédito españolas sigue en el congelador sin una definición
concreta. En cuanto al segundo, Cajamar ha superado sin dificultades las
pruebas de solvencia a las que han sido sometidos los bancos de la eurozona. Ambas
circunstancias han ocasionado que Cajamar adopte su decisión de ampliar capital
con mayor cautela y, sobre todo, sin ofrecerse al mercado a precio de saldo.
Los
grandes descuentos exigidos por los fondos extranjeros para entrar en el
capital de las medianas cajas de ahorros españolas también han frustrado los planes
de capitalización de entidades como IberCaja y Banco Mare Nostrum. Entre estas
dos y Cajamar se pretendía captar alrededor de 1.000 millones de euros. Ahora,
con los test de estrés superados, las urgencias han desaparecido. Y en concreto
Cajamar ha decidido, según publica el diario ‘Expansión’, rebajar su pretensión
de capitalización de 350 a
200 millones.
Los
futuros socios preferentes de la cooperativa de crédito almeriense siguen
siendo la aseguradora italiana Generali y el fondo Cerberus, que este pasado
verano se hizo con la cartera inmobiliaria de Cajamar a través de su filial
Haya Real Estate. Cajamar tiene el propósito de formalizar esta ampliación de
capital en el Banco de Crédito Social Cooperativo durante el primer trimestre
de 2015.
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