Tomás
Elorrieta
Secretario
General del PSOE de El Ejido
Los
presupuestos municipales de El Ejido para el año 2015 presentados recientemente
incluyen modificaciones poco claras en la plantilla del Ayuntamiento, que
podrían deberse a una utilización partidista del personal. En los presupuestos,
entre otros disparates, destaca la utilización de forma arbitraria por parte
del alcalde del dinero de los ciudadanos para favorecer sus propios intereses,
en lugar de pensar en las necesidades de los ejidenses.
Y
con esto nos referimos a ciertos detalles relacionados con la plantilla del
Ayuntamiento, que son, cuando menos, peculiares. Por ejemplo, llama la atención
que, en unos presupuestos que se declaran austeros, el alcalde y sus concejales
mantengan para sí mismos unos sueldos que rondan los 225 euros diarios, o que
se sigan manteniendo asesores y cargos de confianza tales como el de director
de protección ciudadana.
En
este último caso, además, debe ser terriblemente eficaz, porque se ha creado,
según estos presupuestos, un nuevo puesto de subjefe. No se entiende muy bien
que, antes de que gobernara este equipo, la Policía Local
funcionara con un jefe, que luego, a este jefe le pusieran otro jefe, y que
ahora, por si dos jefes fueran pocos, se añada a ellos un subjefe.
A
nosotros nos parece paradójico que cada vez haya más jefes, a pesar de que no
aumenta la plantilla de agentes en las calles. Y también nos llama la atención que,
al mismo tiempo, los agricultores, y los ciudadanos en general, demanden cada
vez con mayor frecuencia los servicios de empresas de seguridad privada.
Ya
puestos, sugerimos al alcalde que cree otro puesto, de confianza, por supuesto,
y destinado a algún amigo o afín, como parece que es habitual, para que se
encargue de coordinador a todos estos jefes.
En
los presupuestos aparece también un nuevo cargo que nos ha provocado dudas y
curiosidad, el de asesor jurídico. No sabemos exactamente qué funciones va a
tener, ni la formación y experiencia que debe tener quien lo ocupe, al que, por
cierto, las malas lenguas ya han puesto nombres y apellidos.
Tampoco
entendemos por qué, si se crea ese puesto, se mantienen todos los gastos
externos del Ayuntamiento en materia jurídica. De la misma forma que nos
resulta difícil de entender qué hace el jefe de gabinete de alcaldía si quien
habla directamente con ministros y consejeros varios es la secretaria del
alcalde, según ha asegurado él mismo; o qué necesidad hay de una asesora en
Participación Ciudadana que cobra 55.000 euros anuales para gestionar un
presupuesto de 5.000 euros al año.
Son
demasiados los puntos oscuros relacionados con el personal del Ayuntamiento que
aparecen en estos presupuestos. Porque tampoco está muy claro cuáles son los
criterios objetivos que se han seguido para subir o no de nivel a los
funcionarios. En este caso, las malas lenguas, nuevamente, dicen que se deben
exclusivamente a un sistema de premio a los amigos y afines.
A
nosotros, todo esto, nos parece muy poco serio, por lo que reclamamos que se
elabore de una vez el catálogo de puestos de trabajo del Ayuntamiento, con los
niveles y requisitos de cada puesto bien especificados, con el fin de
normalizar esta situación y evitar arbitrariedades. Los funcionarios son y
deben ser la herramienta fundamental para garantizar el buen servicio a los
ciudadanos, al margen de cuál sea el grupo político que gobierne la
institución. Y por eso, se deben establecer mecanismos que los protejan de las
presiones políticas y les permitan ejercer libremente su trabajo.
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