Periodista
“El
texto de la Constitución
es fruto de un pacto de mierda”. “La Transición la hicieron los fascistas de la UCD ”. “La izquierda fue
terriblemente generosa, y eso debe ser reparado con un nuevo proceso
constituyente”. Estas evacuaciones intelectuales, de ser difundidas por un
menguado en Twitter, serían motivo de sedición y ultraje. Pero no; esto lo dice
en una escuela, con niños (Carmen de Burgos, Huércal de Almería), el
responsable de la Oficina
del Vicepresidente del Gobierno de Andalucía, Rafael Salazar. Un comunista que,
como no puede ser de otra manera, alcanza la notoriedad por medio de la
escatología fruto de una mezcla de odio, revancha e ignorancia supina.
Rafael Salazar (IU) se dirige a los escolares ante la atenta mirada de José Luis Sánchez Teruel (PSOE) y Juan José Matarí (PP) / Noticias de Almería |
Esta
aportación viene a “enriquecer” el despliegue de actos institucionales con
motivo del Día de la
Constitución ; la misma que permite a estos semovientes
disfrutar de un estatus de privilegio aun mordiendo la mano tendida a la
convivencia; pacífica, generosa e inteligentemente lograda en la Transición.
El
puesto del tal Salazar surge de un modelo del fascismo de izquierdas soviético
(Politburó) que en Andalucía rescata Izquierda Unida como socio de gobierno del
PSOE. Es el típico modelo de impregnación y control del poder totalitario que
se visualiza en comisarios políticos adscritos al régimen. No basta con el
diseño de delegaciones provinciales, había que dotar al vicepresidente (el de
las “tetas gordas”) de un visir, sátrapa, virrey… que instile la ideología
diferencial que emana del centro del poder y, al mismo tiempo, rendir cuentas
al camarada del Komintern.
En
algo lleva razón el tal Salazar. Lo que es una mierda es la toma de posesión de
algunos cargos públicos -especialmente concejales- que, al amparo de la Constitución , largan
tormentosos discursos sobre el imperativo legal y otras alucinógenas
apelaciones revolucionarias embutiéndose en banderas, camisetas y eslóganes
ofensivos. Esto es muy sencillo: se va como hay que ir y se dice lo que hay que
decir, y si no, no hay acta de concejal. Si
el cura o el juez te dice que si quieres a Mariloli como esposa, no admite
discursos esquivos. Es sí o es no.
Por
tanto, nos ahorraríamos tanto estólido revolucionario si el alcalde electo
mandase a la mismísima mierda a los que dicen aceptar su acta por “imperativo
legal” o como “instrumento de lucha para derrocar el sistema que atenaza las
libertades, esperando alcanzar horizontes revolucionarios que, tal y tal… ¡Viva
Stalin!”.
Sin
ser patriotero, me duele el ultraje a la Bandera y detesto la traición, especialmente la
proveniente de presuntos “dignatarios” del Estado. Y, al contrario de estos
reaccionarios, creo que hay que ser tolerante y comprensivo, pero todo en un
marco de respeto que, una vez vulnerado, ha de ser atajado con la ley.
Por
cierto, en el fatídico día que vivieron esos infortunados niños del Carmen de
Burgos en Huércal de Almería estaban también presentes el diputado del
Congreso, Juan José Matarí (PP), y el parlamentario andaluz, Sánchez Teruel
(PSOE), quienes, a la vista de sus inéditas airadas reprobaciones (¿?),
entiendo consienten, transigen y se maman estos desmanes sin que, salvo error u
omisión por mi parte, hayan denunciado o repudiado -públicamente como
corresponde- este comportamiento ofensivo y sedicioso que se remató con “en
España no hay democracia… porque hay monarquía”. Magnífico colofón que define a
los “demócratas” de hoz y martillo… y otras herrumbrosas herramientas que
cizallan la verdadera democracia.
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