Joaquín Abad
Exdirector de La Crónica de Almería
Desde
finales del siglo pasado, desde el año noventa y cinco, pera ser exactos, los
medios on-line se enfrentan a un reto incierto. Después veinte años de
periódicos en internet la tecnología los está matando. Los mata porque la
publicidad digital es medible. Totalmente medible. Los ad-server's -servidores
de banner's de publicidad- lo saben todo. Son el ojo que todo lo controla. Sabe
quien entra en un determinado medio, hora, gustos, si antes de ese medio visitó
otro y si después marchará a otro. Porque lo de leer sólo un periódico se
acabó, como se acabaron las grandes ediciones impresas. En pocos años los
periódicos de papel, tal como los conocemos ahora, desaparecerán. Sí,
desaparecerán por más que se resistan los nostálgicos. Los que no haya
fallecido, por causas naturales, no podrán pagar la edición impresa simplemente
porque saldría carísima.
El negocio es para Google |
Y es
que durante siglos, la publicidad sostenía la prensa impresa pagando tarifas
muy elevadas y con resultados de eficacia basados en la fe, más que en datos reales.
Además, no existía competencia... Pero nació internet y vino Google a
monopolizar la publicidad on-line, impuso sus leyes, sus precios -tirados-, sus
algoritmos y con ellos los anunciantes ganaron, en detrimento de los medios,
que jamás podrán facturar las abultadas cantidades que permitían a los editores
ser grandes empresarios con poder de influencia y economía.
En
pleno dos mil quince se está poniendo de manifiesto que los lectores ya no son
fieles a una marca, a una cabecera. Los que leen prensa digital zapean -por
llamarlo de alguna manera- en varias cabeceras. Y ven idénticos banner's en las
distintos medios que consultan a diario. Los nuevos algoritmos distinguen el
medio donde el CPM es más barato y cuando detectan que un lector recorre varios
medios, se lo muestra en el más económico... Por su puesto, todos los lectores
llevamos años enseñando nuestra alma, nuestra navegación, a los buscadores. Nos
hemos acostumbrado a dejar que las galleta, cookies, aprendan nuestros gustos,
nuestros horarios, nuestras tendencias y ya incluso se anticipan a lo que vamos
a necesitar si nos interesamos por una ciudad, un viaje... y nos muestran
distintos anunciantes que nos pueden ayudar.
Hacer
rentable un medio on-line se está poniendo cada vez más complicado. El gasto
publicitario no crece y se reparte entre miles y miles de medios, blog y
páginas que cada día nacen como churros. Y como el dinero ni tiene ideología,
coloca y reparte los millones de impresiones donde les sale más barato y
eficaz. No valoran la marca del portal a la hora del reparto... Los sistemas de
subasta automatizados sólo responden a modelos de eficacia.
Y lo
que viene es aún más incierto. Primero porque la tendencia es leer en el
smartphone las noticias, donde caben pocos banner's y la eficacia o
rentabilidad publicitaria es bastante reducida frente a la navegación
tradicional en ordenador o tableta. Y lo más peligroso, y que los ingenieros no
saben como hincarle el diente: Los famosos bloqueadores de la publicidad en la
web. Se está poniendo de moda añadir programas a los navegadores que eliminan
la mayoría de la publicidad de las páginas web, por lo que la rentabilidad de
esos millones de usuarios es nula. En Estados Unidos se considera que el
cuarenta por ciento de los usuarios tienen bloqueada la publicidad. Y va en
aumento. Francia y otros países ya reciben presiones del sector para que se
legisle contra estos programas que eliminan la visión de banner's
publicitarios. Pero es como ponerle puertas al campo...
El problema es que Almería no es precisamente una provincia donde se lea la prensa de papel con el mismo fervor y entusiasmo como lo hace cualquier provincia catalana (lo cito porque lo conozco muy bien). Y ya no te cuento el terror que le produce a la gente de mi generación hablar de ordenadores o de internet. Para ellos la información sigue llegando vía TV. Y ver un mismo anuncio 250 veces la misma noche en la misma cadena no es nada publicitario. Si lo que se pretende en cobrar por informar mal lo llevan los editores. Un periódico en una cafetería de Barcelona no para hasta las 20h, en Almería se aburre ya a las 12h. .
ResponderEliminarSin quitarte un ápice de razón, creo que dejaste una consideración previa importante "cuantos ciudadanos se interesan por la actualidad?".
ResponderEliminarEn un mundo en el que la opción de elegir es un hecho (lejos esta aquello de ves la primera o la segunda), los demandantes (lectores, internautas...) se han reducido y la oferta ha aumentado; a lo que hay que sumar el problema que analizas "el reparto de la tarta publicitaria" y el problema de ingresar por publicidad.
No soy de dar recetas, pero ciertamente la solución pasa por conseguir más demandantes, aunque en estos ultimos años la actitud de los medios ha estado en trabajar por y para los anunciantes (sobre todo en la publicidad institucional) y no por y para el cliente