Manuel
Espinosa Labella
Magistrado
Llevo
veraneando en este bello rincón de Almería que es Roquetas de Mar desde hace unos
30 años, cuando por razones de trabajo fui destinado al entonces pequeño pueblo
de pescadores. Ir desde Almería a Roquetas era un paseo agradable por la
carretera de Aguadulce, tras pasar el Parador y dejarse caer por la carretera
de Alicún hasta las Marinas, en donde terminaba el tramo a efectos de demarcación.
Después
vinieron los desarrollos urbanos y el trayecto se hacía en algo más de media
hora porque "la variante de Almería" permitió acceder al Parador en breve
tiempo, volviendo a la media hora empleada años atrás en el trayecto. Pero como
no dejaron de construirse más viviendas, la antigua carretera de Alicún también
se quedó pequeña y atravesar el pueblo de Roquetas resultaba complicado.
La obra, paralizada |
Si añadimos
a lo anterior el gran centro comercial construido y la llegada masiva de
inmigrantes, que se sumaron a los turistas, tenemos el cóctel ideal para un
gran atasco. Por eso el desdoblamiento de la carretera de Alicún no terminó de
resolver el problema puesto que las urbanizaciones de Roquetas, con miles de
turistas todos los años, necesitaban mejor acceso, lo que ha convertido en un
infierno el acceder a esta parte de la bahía de Almería.
Pero
cuando ya parecía que existía una solución definitiva, "la variante de
Roquetas" que evitaría a todos los almerienses y a los miles de turistas
que acuden por estas fechas, nos encontramos con un conflicto entre
Administraciones que no ha permitido terminar el tramo iniciado hace ya varios años,
hasta el punto que a la salida del Parador y antes de volver a meternos en la
carretera de Alicún están creciendo arbustos (¡quizás protegibles!) en lo que
debía ser el acceso al puente en esa zona.
Es
una pena que por problemas de falta de entendimiento entre la Junta de Andalucía y el
Ayuntamiento este tramo de carretera, tan esencial para una zona de tanto
crecimiento económico, se encuentre parado a la espera del dinero necesario para
pagar las expropiaciones y las obras.
Las
expectativas de todos los que usamos ese tramo de carretera y, en general de
los roqueteros, se han visto frustradas con una variante construida a trozos, pues
algunos tramos entre invernaderos se han concluido. Supongo que de alguna
manera se podría destinar dinero a terminar esta obra tan necesaria para
permitir descongestionar el tráfico rodado en Roquetas de Mar y, de paso,
evitar que una zona tan poblada quede solo unida por una sola vía, con lo que
ello implica de dificultades y riesgos en caso de necesidad de evacuación de personas.
Confiemos
que se resuelva de una vez por todas esta situación que no conduce a nada,
salvo a atascos permanentes, mayor gasto de gasolina y peligro para los
peatones que tienen que sortear el tráfico diario de Roquetas, cuyas urbanizaciones
se están quedando aisladas de la capital y de Aguadulce, con las graves consecuencias
para su desarrollo y del propio municipio, algo que afecta incluso a la
provincia si tenemos en cuenta el número de hoteles y población que allí
veranea.
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