Kayros
Periodista
La
política, por desgracia, es propaganda. Tiene el mismo aliento de cara a
ganarse el favor de las masas que la publicidad comercial. Un vendedor de vinos
no dirá nunca que su mercancía vale poco. Un soplador de vidrios alabará su mercancía
hasta la más refinada elegancia. Así el portavoz de un partido. He dicho varias
veces que, en los tiempos que corren, se trata de un oficio triste y patético
pero, bueno, mi opinión personal no cuenta ahora.
Rafael Hernando |
Estamos
ya a escasos meses de las elecciones. Se presenta un año duro de trincheras y
de guerra civil al menos en las palabras y en el significado de las mismas.
Rajoy ha escogido un lerrouxiano como portavoz, un hombre que cada vez que
habla suscita la polémica, lo cual no sería malo del todo si no falsificara la
historia de España, etcétera.
Los
almerienses tenemos tanta suerte que se nos cae la baba. Tardan las
comunicaciones y tarda el AVE, pero a cambio llegan los diputados cuneros.
Llegan, se instalan bien y hacen carrera. Se les llama cuneros porque tienen en
otro sitio la cuna y se parecen a esos pájaros que cantan en un sitio y ponen los
huevos en otro.
No crean
que hablo solo de Rafael Hernando. En el siglo XIX esta tierra parecía de
misión, habitada por caciques y antropófagos, hambrienta de ser visitada por
los políticos de fuera para meternos en la civilización. La costumbre no se
extingue a lo que parece. El PP estaba en el aprieto de saber dónde meterían a
Rafael Hernando y por lo visto pensaron en Almería como tierra de promisión. Al
fin y al cabo disfrutamos del desierto para rodar películas de la Biblia , tierra de cine, sí
señor.
¿Y
cuál es la urdimbre intelectual de este portavoz? Se sabe que es licenciado en
derecho, pero tiene una larga trayectoria de polemista. Parece que le
interesara menos la verdad que la apologética de la misma. Rajoy piensa que se
va a hablar mucho de Gürtel, de la caja B y de la presunta financiación ilegal
de su partido. Por eso escoge un político antes que un técnico.
El País lo describe de este modo: “Es un individuo” de
los que ven un charco y se tiran de cabeza, siempre con un tono aguerrido y
escasamente conciliador y con la misión, en ocasiones, de ejercer como político
de choque”.
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