Javier Salvador
Editor de Teleprensa
La
estructura provincial del Partido Popular de Almería ha estado tan preocupada
en sacar tajada política de todo lo que oliese a cargo remunerado que prácticamente
se han olvidado hace algunos años de que si son algo es precisamente por la
suma de 102 pueblos y no la suma de Roquetas y Almería capital
exclusivamente.
Ya
no son los tiempos de José Luis Aguilar o de Eugenio Gonzálvez en los que se
iba hasta a los entierros. Ahora en los tiempos de Javier Aureliano en Albox
los concejales le dan la espalda al portavoz que le han impuesto, el alcalde de
Fines condenado junto a su hermano por una obras ilegales le hace directamente
una peineta política a su supuesto jefe y más o menos le viene a decir que se
quite el chupete para intentar meterle en vereda.
Juan Francisco Fernández, alcalde de Garrucha |
Y ahora es Garrucha donde se
monta un lío del quince porque los militantes de allí no quieren a su alcalde
que, por otro lado, les dice a los suyos que ahí manda él y con el apoyo de
Almería, vamos, Amat. El
espectáculo ha llegado a tal extremo que en el último pleno la división era
absolutamente tangible, cuatro contra el alcalde que ya tienen además su propio
candidato de cara a las próximas elecciones y que también tiene el apoyo de
alguien de Almería. Pero si no es Amat, quién será ese promete y no da. Vamos,
que alguien se ha debido equivocar de partido y creerse que el PP se hacen
primarias o la decisiones se toman por mayorías o mariconadas de esas que hacen
los rojos.
Casos
puntuales aparte, como pueden considerarse las crisis en Fines, Albox o
Garrucha, al PP se le acumula el trabajo ante la certeza de que pierden en el
Valle del Almanzora. Se les cae Vera, Mojácar, dicen que mantienen seguro
Cuevas, pero eso parece no importarles lo más mínimo, porque toda la atención
se la llevan los pocos barones provinciales que están entre poniente y capital.
Causalmente el único territorio que parece que puede aguantar el envite de las
próximas elecciones es el bajo Andarax, los dominios de Gonzálvez, pero para
más coña desde la sede provincial no apuestan por él en la comarca sino por la
alcaldesa de Viator, María del Mar López, que es más de la cuerda de Aureliano, y a Gonzálvez quieren jubilarlo.
A
los problemas muy serios que ya son evidentes con las corruptelas generales,
con Bárcenas saliendo a la calle y sin olvidar que es el amiguísimo de Javier
Arenas que recordemos es el número uno por Almería, las imputaciones
provinciales empezando por el mismo Gabriel Amat que sigue de fango urbanístico
hasta la cejas, a todo eso hay que sumarle el descontento de los pueblos, de
esos aburridos votantes de siempre, por un partido que dicen está plagado de
niños malcriados en puestos de asesores, que llevan años comiendo de la sopa
boba con sueldos de 3.000 euros y que han tenido la misma carrera que
precisamente ellos mismos han criticado durante años que hacían aquellos
paniaguados del PSOE.
En
sólo cuatro años, una estructura que era férrea, que aguantó los tiempos de
gobierno socialista en la provincia, Madrid y Sevilla al mismo tiempo, se ha
ido literalmente al carajo porque, sencillamente, alguien pensó que las sumas
electorales se hacen desde Adra a la capital y que los viajes a los pueblos se
pasan mejor en coche oficial.
Por
eso, sólo por eso, opciones como Upyd y Ciudadanos se han convertido en el
verdadero azote del PP ya no en las municipales, sino de cara a las autonómicas
que las tenemos antes y sí, en Juanma Moreno van a focalizar el descontento
hacia Aureliano y los suyos, sin que el malagueño tenga más culpa que tener que
tragar todavía con el legado que le dejaron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario