Emilio
Padilla Chirveches
Periodista,
cantoriano
El
cerebro es la máquina de inteligencia más perfecta y extraordinaria que hay
sobre la tierra. Solo hay que darle un buen uso, y en el caso que nos ocupa,
Cantoria, nuestro pueblo tiene remedio a la enfermedad que lo desangra y lo
posterga si la ponemos a trabajar en serio.
Cantoria ha tocado fondo. No solo por su estancamiento, sino por la ausencia de perspectivas que le hagan remontar el vuelo. La realidad revela que más de un 80% de la población (mayoría silenciosa) cree que la situación de sus dolencias incluso ha empeorado en los últimos años con la paralización de la construcción, su principal motor de crecimiento y fuente de ingresos que tratan de corregir sus gobernantes con la subida imparable, desproporcinada, diría yo, de impuestos, como el de Bienes Inmuebles (IBI).
Iglesia de Cantoria |
El déficit estimado por la oposición (representada en el PSOE), supera la
friolera y escalofriante cifra de los 3 millones de euros (500 millones de las
antiguas pesetas), y sigue creciendo a golpe de operaciones de tesorería
(créditos bancarios) y a ritmo de desempleo y gasto gastoso del gobierno local
del Pepé. Los números rojos de las arcas municipales dibujan un futuro nada halagüeño y muestra la profundidad del pesimismo y la magnitud de los problemas
que hay que resolver en la otrora capital del Almanzora (en 1950, Cantoria era,
con sus 7.500 habitantes, referencia provincial en servicios, agricultura,
ganadería (reflejada en su importante feria de ganado), e industria
transformadora del mármol.
No hay soluciones fáciles ni recetas milagrosas para
salir de la crisis. Pero se pueden dar pasos en la dirección correcta que
invitan al optimismo colectivo. Junto a las empresas del sector privado
(Cosentino y otras de su órbita, estas últimas ahora ahogadas por impuestos),
hay que dar soluciones técnicas, estratégicas, apolíticas y no apasionadas para
la Cantoria
del futuro. Lo privado y lo público debe aunar esfuerzos. Lo privado no puede
ser un sector, un mero espectador, que se quede de brazos cruzados. Tiene que
proponer y ayudar a que las cosas mejoren.
Cosentino y las industrias
auxiliares, o no, que orbitan en torno a esta gran multinacional deben de ser
la respuesta del sector privado a las dificultades que atraviesa nuestro
pueblo. No debemos obviar el papel relevante que puede jugar el palacio de
Almanzora y su visión comarcal como recurso imprescincible puesto en valor de
cara al turismo sostenido. El resto de las empresas colaboradoras (Cuéllar
Arquitectura, por poner un ejemplo) debe aportar ideas y beneficios. Y en
conjunto, dar respuestas concretas, propuestas definidas y ambiciosas a una
coyuntura de crisis como la actual, que debiera azotar conciencias, las suyas y
las nuestras.
Los cerebritos pensantes, como buen punto de partida, pueden hacer tres cosas: pensar, proponer e influir en la toma de decisiones. Pensar en los temas estratégicos. Proponer soluciones a través de estudios técnicos e influir para que la agenda pública tome en serio los temas más relevantes y de medio y largo plazo en varios ejes fundamentales: desarrollo urbano y medioambiental sostenible, desarrollo económico, igualdad social, seguridad ciudadana y puesta en valor de los recursos naturales (agricultura ecológica y optimización del agua de los acuíferos, mediante la mejora de regadíos, hoy abandonados a su maldita suerte por la ineficacia, claramente demostrada, del actual gobierno).
Es imprescindible configurar grupos de trabajo interdisciplinarios que incluyan mentes pensantes, que las hay, académicos, empresarios, estudiantes y ciudadanos sin ánimo de lucro, que haberlos haylos. Así empezaremos a construir las propuestas que necesita Cantoria para su despegue y consolidación del futuro económico de un municipio, no olvidemos, patrimonio de todos los cantorianos a preservar por el bien de todos y el de los que están por llegar, traducido en cotas de bienestar social y calidad de vida, donde todos, absolutamente todos, tengan cabida en igualdad de oportunidades.
Un grupo de personas debiera ser las encargadas de convocar y articular, además de consolidar las propuestas, ventilarlas en los medios de comunicación, estimular el debate enriquecedor y constructivo, e influir en la política con argumentos y sin prejuicios.
Se hace indispensable dejar fuera todo atisbo de protagonismo político personal y, por supuesto, lucrativo, por lo que se hace necesario un cambio drástico de rumbo en la elección de nuestros representantes públicos-institucionales. La opción es o debiera ser bien clara: los que están ahora no sirven; los que están por venir, tal vez, aunque me consta que hay predisposición en los segundos para que la política local cambie en beneficio de todos y no, como hasta ahora, en el del bolsillo de unos cuantos. Así que entre todos podemos elegir un gobierno que nos gobierne bien, con nombres y apellidos concretos, dispuesto a embarcarse y comprometerse en esta nueva cruzada que devuelva a Cantoria al puesto relevante que se merece en el contexto provincial de nuestra Almería más querida.
El gobierno actual no sirve. Todos sabemos lo que da de sí para los cantorianos
y lo que da de sí para sus intereses creados, no los nuestros. No debemos caer
en el engaño: nadie cambia de la noche a la mañana y, vistos y conocidos los
antecedentes, estos señores-as , menos.
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