El pollito de las uvas de Canal Sur

Rafael M. Martos
Director de Noticias de Almería

Con la uva en la mano y la boca abierta nos quedamos el 18% de los andaluces la pasada Noche Vieja. Éramos los espectadores de Canal Sur, y supongo que muchos de ellos en Almería, plató del que prometía ser un gran evento con motivo del Milenario (algo que se celebra cada mil años, como aniversario cada año, no milenio, que es lo que suman mil años, como quinquenio cinco años) de la creación de la taifa almeriense.

Lo que ha venido después ha sido un absoluto despropósito, porque un error puede tenerlo cualquiera, y como tal hay que abordarlo, que ni es el primero ni será el último, ni sólo ha pasado en Canal Sur, ni sólo pasará en Canal Sur. 

Las redes sociales echaron
chispas
Lo primero es que cuando uno desplaza un equipo para una transmisión como esta, se supone que trae a los profesionales más curtidos en algo así, y se supone que los protocolos de trabajo están más que repasados por mucho que sea algo que se hace una vez al año. Y parece también que en cualquier acción hay más de un técnico implicado, lo que reduce proporcionalmente las posibilidades de un fallo humano.

Ahora bien, ocurrido el error, lo importante es la capacidad de respuesta ante el mismo y el cúmulo de despropósitos se multiplica. No es serio que los presentadores no informen a la audiencia del error producido y pidan disculpas. ¿Cómo es posible que nadie -NADIE- en Canal Sur estuviera viendo la señal de aire, la de directo, la que estamos viendo en casa? Eso es sencillamente imposible, y por tanto increíble.

Tampoco es admisible que la única respuesta fuera un tuit a la hora de producirse el incidente. ¿Esa es la manera de disculparse de la RTVA? ¿Es que no había ningún responsable de guardia? ¿Es que no había nadie con autoridad al frente no ya de la emisión en Almería o Sevilla, sino en el área Ejecutiva, como para mandar una nota de prensa a los medios dando explicaciones y pidiendo disculpas a millones de televidentes?

Pero no, no lo había esa noche, pero tampoco al día siguiente. La web de Canal Sur no recogió lo ocurrido y pidió disculpas hasta doce horas después de lo sucedido. Ni en la parte corporativa, ni en la sala de prensa, ni en la parte de noticias... en ningún sitio había referencias a lo sucedido cuando las redes sociales llevaban doce horas echando fuego, cuando las radios de todas las cadenas se hacían eco del asunto... y los directivos de la RTVA, durmiendo. Eso sí el portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, ha considerado "impecable y contundente" la respuesta que ha ofrecido Canal Sur Televisión ante el "error humano" en la retransmisión de las campanadas, al tiempo que ha criticado a quienes han querido aprovechar "este resbalón" para intentar hacer "leña del árbol caído". Vale, Canal Sur es un árbol caído "y lo sabes".

Eso sí, los sindicalistas sí estaban de guardia, y mientras según informaba la RTVA en una nota, se apunta a "errores humanos atribuibles a, al menos, tres trabajadores", CCOO defendía una cosa y la contraria a la vez. Por un lado descarta falta de profesionalidad o de celo en los que intervinieron y a la vez dicen que esa incidencia "solamente es explicable por una serie de errores humanos concatenados, de técnicos especialistas que trabajan con máquinas y programas informáticos con autonomía propia a los que tienen que dominar en una situación límite de estrés". O sea, que es un fallo de uno o varios profesionales pero no por culpa de su falta de profesionalidad... pues nos lo expliquen... que no queda claro si fue el huevo o la gallina. Sería el pollito.

No dejaba de tener su gracia que un periodista -de los que presenta informativos- dijera de los dos presentadores de las uvas que eran dos grandes profesionales. Se entiende que quisiera animarles, pero llamarles profesionales... hombre, uno es un profesional de la cocina, y la otra es una profesional de la escena... son un cocinero y una actriz... A ver si dejamos de confundir cosas, sobre todo entre quienes nos dedicamos a esto de la comunicación en sentido amplio. Esto no es más que un espectáculo y es lógico que se ponga ante la cámara a quien se considere más apropiado para “vender” y tener audiencia, pero eso no convierte a quien lo hace en “profesional” de nada que ya no lo fuera antes. ¿Profesionales de la noche vieja?, ¿de la explicación de cómo comerse las uvas? Pues eso, profesionales de sus profesiones, sin duda reconocidos y muy apreciados ambos en su campos.

Donde la cosa se desató del todo fue entre los cruzados de lanza en ristre, más próximos a Artur Mas e Íñigo Urkullu de lo que un nacionalista andaluz lo está a ambos. Lo que en realidad ha sido un bochornoso ridículo de la RTVA -insisto, fallos podemos tenerlos todos, pero cuando se tiene tanta “pasta”, tanto personal y tantos medios... la cosa tiene menos pase- que ha afectado a todos los andaluces que esperábamos tomarnos con las uvas al son del reloj de nuestra catedral, fue tomado como una afrenta contra Almería. Ni tan siquiera en las decenas de “memes” que han circulado con motivo de esta pifia ha habido una burla a nuestra provincia... porque además no tendría ningún sentido ya que únicamente éramos los anfitriones. Los presentadores tampoco tuvieron culpa de nada, y nadie ha criticado nada de ellos, que bien o mal -no viene al caso- lo hicieron como mejor pudieron, con ganas, echándole alegría y ánimo, como debe ser.

A mí no me gusta Canal Sur, y procuro limitarme a ver los informativos locales por necesidad profesional, y claro, no deja de impresionarme el escándalo que se ha armado con lo de las uvas y que no haya quien levante la voz sobre el tratamiento que se da a ciertas informaciones. Me sorprende que no haya más quejas sobre los programas que ridiculizan a las personas mayores, o en los que se explota a los menores, o el recurso permanente al chiste de sal gorda y el topicazo andaluz... una televisión que retrata la imagen que quienes están en el poder tienen de Andalucía, de aquello que éramos con Franco y quieren que sigamos siendo.

Por cierto, entre las explicaciones está la económica. ¿Cuanto nos ha costado esto a los andaluces entre anuncios que no salen, otros que salen, otros que se cortan, cambio de cadena... y cuanta audiencia perdida -¿tal vez ganada, a cuenta de apuestas por si la pifian otra vez?- para 2015-2016?

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