Antonio Felipe Rubio
Periodista
Históricamente
la indignación del almeriense con la televisión se resumía a la ausencia de
Almería en los mapas del tiempo. Siempre salía la magnífica temperatura que
disfrutaban en Málaga, aunque el Zapillo superase en tres grados a la Malagueta. Y otra
indignación universal era la de “Almería siempre sale en la TV para algo malo”. Tras
la cagada de Canal Sur con las Campanadas de Fin de Año la aversión televisiva
del combativo telespectador almeriense se ha recrudecido hasta el punto de
invitar a una nueva resintonización mandando al canal andaluz al carajo; en
este caso, al badajo.
Dejando
atrás consideraciones sobre el enojo particular que alcanzó a casi 500.000
hogares andaluces, es justo reconocer que Almería cumplió con su
responsabilidad enviando desde la
Plaza de la
Catedral una transmisión exenta de cualquier fallo, contando
con equipos propios y externalizados. El problema estriba en Control Central de
Sevilla (Canal Sur puro), lugar donde se administra la señal para su difusión a
través de sistemas electrónicos automatizados que, en ocasiones especiales, se
someten al control manual para evitar un desastre que Canal Sur agravó sin
posible justificación.
"A pesar del esfuerzo en Almería, Sevilla hizo una chapuza" |
El
sistema automático de continuidad en televisión es esa mierda que da paso a
publicidad dejando una pregunta a medio hacer en “Pasapalabra” o cortando una
escena de una película sin miramiento alguno. Esto es fruto de la
“sincronización” de las cadenas generalistas con sus cadenas temáticas que
emiten los bloques al unísono sin importar por dónde cortan y despreciando al
espectador. Atrás queda la elección del momento propicio para fundir a negro y
dar paso a publicidad; ahora es a tajo parejo.
Y no digamos del locutor de continuidad
que pedía disculpas por una interrupción o incidencia alguna; ahora, a pesar de
los ingentes presupuestos en personal y dotación técnica, el espectador es
maltratado hasta el punto de facilitarle en el mercado inmensas pantallas de
ultra alta definición que se cubren por las esquinas con logos, recordatorios,
publicidad y hasta pequeños tráiler sobre programaciones inminentes. De nada
vale disponer de la tecnología digital que ofrece información sobre la
programación; hay que emponzoñar la pantalla con estos reclamos para dar al
traste con la intención y buen hacer de un director de fotografía que quería
expresar la plasticidad de una imagen legendaria del buen cine.
Lo
que supera a la continuidad es el compromiso comercial. En Nochevieja había dos
anuncios fundamentales, el de Fin de Año, justo antes de las Campanadas; y el
primero del Año Nuevo; ambos, los más cotizados de la programación y, por ende,
a los que hay que prestarle toda la atención.
Si
Canal Sur quiso automatizar el sistema desde Continuidad pudieran darse
circunstancias que, de seguir el protocolo, conllevan serio riesgo de cagada.
Hay que sincronizar el reloj de la
Catedral con el de Control Central en Sevilla para
implementar el error y también sumar el desfase del enlace y el retardo
digital; igualmente hay que contar con el HL (Horario del Lugar por la
diferencia en Longitud). Hay que minutar el spot, cortinillas… y, lo que es
peor, adiestrar a los presentadores para encajar un comentario certero y muy
medido para “clavar” los tiempos. Pues, para mí, que nada de esto sucedió.
En
Sevilla se armaron la picha un lío. Se les echó el tiempo encima y, estando en
control manual, lanzaron el spot de Fin de Año a instancia de un iracundo y
desbordado responsable de emisiones que, cuando vio el desastre, quiso volver a
directo. Fundieron a negro, saltó el anuncio de Año Nuevo; se armó una tangana
monumental y, por fin, alcanzaron la décima campanada.
Entiendo
que, a pesar del esfuerzo en Almería, Sevilla hizo una chapuza indigna al
descuidar extremos que han de observarse en circunstancias tan especiales. Si
uno quiere que nada falle se redundan los recursos técnicos y se dispone al
personal más responsable y profesional. Ni las máquinas ni las personas somos
perfectas, pero esta cagada fue perfectamente eludible.
Y
ahora llega el espectáculo político. El portavoz del Gobierno Andaluz, Miguel
Ángel Vázquez, consideró “impecable y contundente” la respuesta que ha ofrecido
Canal Sur Televisión ante el “error humano en la retransmisión de las campanadas”,
al tiempo que ha criticado a quienes han querido aprovechar “este resbalón para
intentar hacer leña del árbol caído”. Por otro lado, “aunque el PP no ha
entrado directamente en la polémica, se detecta cierta mofa”.
Bueno, habría que
ver el grado de mofa, befa, coña y desparrame si la cagada fuese de una
televisión del Partido Popular. Y esto es lo lamentable, que los voceros y
secuaces sectarios se afanen en cruzarse críticas y descalificaciones; pero lo
“impecable y contundente” ha resultado ser una parodia de la carbonería de los
Reyes Magos. Es el estilo de la
Casa : cachondeíto, chanza étnica y sedación intelectual.
Mezquina
es la respuesta de la
Agrupación Municipal Socialista y de la Delegación del Gobierno
criticando al alcalde por exigir responsabilidades. Y es que, por muchos años
que pasen, va a ser difícil erradicar el servilismo de los políticos
almerienses que prefieren, ante todo, defender a sus señoritos de Sevilla que,
si la cagan, siempre habrá un socialista almeriense con un buen “rollito”.
Si
TVE, Telecinco, Antena3… sufre un fiasco como el de Canal Sur no es la Puerta del Sol, ni Madrid
ni España quienes sufren los daños colaterales. Al contrario, Canal Sur
(vertebrador de Andalucía) ofrece la transmisión de las Campanadas de forma
itinerante con el objetivo de PROMOCIONAR la imagen de ciudades y pueblos de
Andalucía, y si la cagada es en Almería se produce el negativo efecto
colateral. Baste ver videos en YouTube: “Llevan todo el día diciendo que las
campanadas en Almería (…) vaya mierda con Almería y Canal Sur”, y así
sucesivamente.
No
sería razonable que la alcaldesa de Madrid censurase una pésima transmisión de
TVE porque eso perjudicaría a la capital de España; pero sí lo es para el
alcalde de Almería que firmó un convenio con Canal Sur para la “promoción” de
Almería mediante la transmisión en directo de las Campanadas, conllevando un
dispositivo municipal de medios, apoyo y colaboración que algún menguado del
socialismo aldeano desprecia hasta el punto de aliarse intelectualmente con los
que nos hacen la pascua averiando el nombre de Almería.
Un
alcalde ha de ser el portavoz de gratitudes y afrentas que agradezcan o
rechacen sus ciudadanos, y le agradezco que haya actuado en consecuencia;
aunque soy de los primeros en criticarle que haya firmado un acuerdo con Canal
Sur (Junta de Andalucía) para emitir desde la Plaza de la Catedral , teniendo la Junta al Ayuntamiento en
Plaza Vieja en un estado de ultrajante ruina. Pero eso sería munición para los
que se excusan con la confrontación y deslealtad institucional: Impecable y
contundente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario