Juan
Torrijos
Periodista
La
muerte de Juan Antonio Lozano, con solo 20 anos de edad, ha llenado de desolación
a una familia, a un barrio como Campohermoso y a todo el pueblo de Níjar. Y
junto a ellos a casi todos los almerienses que vemos en la cabalgata de los
Reyes Magos uno de los momentos mágicos que viven nuestros hijos o nuestros
nietos.
Ante
el dolor demostrado por las autoridades he echado de menos la aceptación de
alguna responsabilidad en el suceso. La muerte de Juan Antonio se debía y se
podía haber evitado. Si los responsables políticos hicieran su trabajo, si el
de la cabalgata de Campohermoso hubiera recorrido y revisado el itinerario el
accidente muy posiblemente no se hubiera producido.
Me
parecen bien los tres días de luto de Níjar y la apertura de la investigación
por parte del Ayuntamiento, pero ha faltado que alguien asuma la
responsabilidad de lo ocurrido. Junto a todo lo manifestado por Antonio Jesús
Rodríguez, alcalde, falta la dimisión del político responsable. Estamos ante un
accidente producido por una negligencia y que ha causado una muerte. No se puede
quedar solamente en la lamentación del político y las lágrimas y el dolor de
una familia. Es exigible algo más a los responsables.
Los
beatos, cuando se acerca la
Semana Santa , recorren los itinerarios de sus procesiones en
previsión de problemas que se puedan presentar. Según el alcalde de Níjar la
cabalgata ha pasado por las mismas calles de Campohermoso que el año pasado,
por lo que entiendo que nadie del Ayuntamiento ha controlado este año si las
mismas podían suponer algún problema, como el cable que ha costado la vida a
Juan Antonio.
Si
el año pasado no hubo inconveniente se deberá a que no estaba el cable o si lo
estaba no era obstáculo para el paso de la carroza. Parece que los cables de
telefonía crecen en el cielo nijareño sin que se entere el Ayuntamiento, malo
es; y peor que este no se preocupe de tales crecimientos. Con todo, lo más
grave es que no se haya revisado el trayecto por parte del Ayuntamiento,
negligencia que ha acabado con la muerte.
La
justicia tendrá que delimitar la responsabilidad civil del suceso, pero la política
ya se tendría que haber producido, la dimisión del responsable de Festejos del
Ayuntamiento de Níjar tendría que estar encima de la mesa del alcalde.
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