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Miedo a Podemos

Rafael M. Martos
Director de Noticias de Almería

Pues sí, creo que es como para tenerle miedo a Podemos. Miedo porque están demostrando ser un partido más en todos los sentidos, y eso, para quienes confiaban en que sería un soplo de aire fresco en nuestro sistema, o al menos una especie de aceite que lo engrasara, han pinchado en hueso. Podemos es como todos. Ya hemos visto como ha sido su reacción ante las acusaciones relativas a presuntas corruptelas (beca de Errejón, cobros opacos en CMI...). La culpa es de la prensa, todo es un acoso, son malas interpretaciones, son cosas irrelevantes sacadas de contexto... pero papeles y claridad poquita o ninguna. "Todo es mentira, salvo alguna cosa...", que diría Rajoy

Antonio Heras, secretario
general de Podemos-Almería
Hemos visto también como han modificado su programa electoral en cuestión de meses. Han roto con el que se presentaron a las elecciones europeas y cosecharon su espectacular triunfo, y ya sabemos como las medidas estrella que proponían han acabado en la basura (impago de la deuda, salario social universal...). Eso es más o menos lo que hizo Zapatero, y lo que hizo Rajoy. Cabe pensar si cumplirán el programa con el que concurran a las elecciones que lo hagan. Por tanto, que también en eso apuntan a ser como todos. Como el PP y el PSOE encargan su programa económico a "intelectuales independientes", que puede que sean lo primero, pero desde luego no lo segundo.

Y de cara a su propia organización también lo hemos visto y comprobado: son igual que los demás. Nada de tener un coordinador o portavoz, algo propio del asamblearismo, no, ellos tienen secretario general. Y es el general, es el que manda. Y manda de arriba hacia abajo, por eso empiezan creando una dirección “nacional”, luego la municipal controlando el proceso desde arriba, y lo último la autonómica, pero es “arriba” donde se decide lo importante, y abajo las migajas. Al más puro estilo “casta”. No digo más.

Sus supuestas elecciones primarias abiertas ha sido otro ejemplo de su proceder, como el de todos. Y sin dar explicaciones coherentes. En Almería escogen siete municipios para tener dirección propia, supuestamente por ser aquellos que tienen una mayor afiliación, pero lo cierto es que no es así. Se dejan fuera municipios con igual o mayor número de adeptos que otros a los que sí se les autoriza elegir secretario general y equipo. Como unas primarias socialistas. No digo más. En ese ejemplo de democracia interna que quieren dar resulta que dejan si derecho a votar a casi la mitad de los afines en la provincia Y luego llega el baile de censos sin aviso previo.

Es llamativo que, en el caso de Almería, los siete núcleos que podían votar reciban en un mes un incremento de suscritos que les lleva a igualar ellos solos el total de los que unas semanas antes estaban en toda la provincia. Podía pensarse que los excluidos por el sistema suyo se han inscrito en otros lugares para participar, pero claro, eso no casa con que la abstención al final ronde entre el 60% y el 70%. ¿Dónde aparece que se borraron de un sitio y se apuntaron en otro? ¿Si no se borraron y son nuevos, cómo es que la cifra total es similar en ambos censos? Otros lo han llamado “pucherazo”.

Obviamente no es un caso único el almeriense.Por mirar otro lugar, en Sevilla se ha permitido hacer votación en municipios con 39 inscritos como Estepa, pero no en otros como Valencina de la Concepción con 54, siendo este segundo más pequeño en población. Ahora el de Valencina tendrá que esperar a ver qué decide “Madrid”. Pues así se toman las decisiones en el PP. No digo más.

Un partido que en Carboneras defiende que no se tire el hotel del Algarrobico y en Almería que sí, pues es, en realidad, como el PSOE y como el PP, es decir, como todos. Un partido en el que conviven independentistas y militares que juraron dar su vida por la unidad de España, pues también es complicado entenderlo. Un partido que critica los sueldos de los políticos cuando su líder gana más que el presidente del Gobierno y llega a los 20.000 euros al mes, y que cuando dona parte de su sueldo (no de los extras) es a su propia productora, y además la domiciliada en una vivienda protegida... chirría.

El que venía a ser mesías de la izquierda revolucionaria ya es poco más que un Adolfo Sárez más. Son la centralidad, dicen, por no decir el centro. Eso sí, deberían hacerse revisar la vista porque presentan un problema grave a la hora de medir distancias a un lado y a otro. Y si hay que aplaudir al Papa se aplaude, y si hay que darle la mano a Blesa para que te suerte unos euros, se le da.

Un líder crecido a los pechos de las televisiones privadas es sorprendente que afirme que él metería en cintura a las que se desmandaran, llegando incluso a la expropiación, sin entender que Intereconomía existió a pesar de un gobierno socialista y La Sexta existe a pesar de un gobierno de centroderecha.

Pronto vendrá Pablo Iglesias a darse un baño de masas en Andalucía de la mano de la gente del SAT de Diego Cañamero, dos de cuyos miembros llevan años sin acudir a las reuniones sindicales para las que fueron elegidos en la Junta de Andalucía. Pero eso sí, será “Madrid” (Cañamero, que se te ve el plumero) quien decida por ellos si acuden o no a las elecciones municipales y autonómicas, o si lo hacen con otros, un todo por el pueblo pero sin el pueblo. Y sin por el pueblo también.

Si todo esto pasa antes de tocar poder, miedo da que lo toquen. Miedo también observar como van camino de la autofrustración, y que si crecen no es por su mérito, sino por el demérito ajeno, como ZP cuando ganó sus elecciones, o cuando luego lo hizo Rajoy. Como todos. Qué miedo.

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