Juan
Torrijos
Periodista
Está
enfadao el alcalde de Albox. Más: está que se sube por las paredes. Pero estaba
avisado, señor Mena, así que no se queje ahora. No es el primero, tampoco será
el último alcalde al que se le sienta en el banquillo por no dar información a
la oposición. Lo sabía. Se lo pasó por el forro de sus caprichos y ahora
juicios tengas y los ganes.
Rogelio Mena |
Pero
lo peor, y estoy de acuerdo con usted, es que con la apertura de juicio oral su
candidatura a la alcaldía de su pueblo se puede caer. Su secretario general,
don Pedro Sánchez, manifestó que apertura de juicio y dimisión era una
necesidad imperiosa. En menudo brete le pone usted. ¿Y qué dice la sultana
andaluza? Lo defendió en un momento, es cierto, pero ante la apertura del oral ¿va
a mantener el mismo apoyo o le comentará algo sobre la cuestión a Teruel y
Adela?
¿Se
puede truncar una carrera política por una tontería así? Hombre, no dar
información a la oposición no es ninguna tontería, más bien estamos ante un
delito contra algo tan elemental como es la democracia. Poner en peligro la
carrera política por no dar lo que por derecho tiene la oposición no deja de
ser una cabezonada. Y un empecinamiento así le puede costar a Rogelio Mena el
que no se pueda presentar en mayo a la alcaldía de su pueblo.
Asegura
que es un complot contra él. Yo no lo veo así. Es la consecuencia a algo que no
tendría que haberse producido. Si hubiera dado la información solicitada ahora
no estaría poniendo en solfa a medio mundo. ¡Todos contra mí! No creo que sea
para tanto. Si hubiera tratado a la oposición como parte elemental de la
democracia no se vería ahora en las puertas de un juicio. Juicios tengas y los
ganes. Lo malo, querido Rogelio, es que antes te puedes quedar sin la alcaldía,
y las segundas partes hay veces que no se presentan. Los trenes políticos no
siempre vuelven a parar en la misma estación.
Asegura
que se guarda sus cartas contra todos aquellos que están en su contra,
empezando por los políticos del PP de su pueblo. Está en su derecho, hasta ahí
podíamos llegar. Claro que el señor Mena tendría que saber que con anuncios así
el único que se perjudica es él. Lo dicho al principio: está enfadao. Está que
se sube por las paredes, y se entiende, perder el poder no gusta a nadie.
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