Trece meses sin apremios y con premios

José Fernández

El pasado mes de noviembre, la Asociación de Empresarios del Mármol de Andalucía celebró en Macael la XXVIII Edición de sus tradicionales Premios. Dicho acto contó con la presencia de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que para llegar allí hubo de surcar la no-autovía que la Junta de Andalucía lleva prometiendo que va a terminar desde hace más de dos décadas.

Susana Díaz y Antonio Martínez
Si antes de desviarse por Olula el vehículo oficial de la presidenta hubiese circulado apenas seis kilómetros más, podría haber llegado a Fines, localidad sede de una Escuela del Mármol sostenida por la Junta que tiene entre sus objetivos “contribuir a la especialización y actualización de los profesionales del mármol en ejercicio, potenciando de este modo el desarrollo del sector” (sic.) y que en estos momentos acumula ya trece meses de impagos por parte de la propia Junta.

En condiciones normales, el desplazamiento a esa comarca de la máxima responsable de dicha Administración solo podría entenderse con fines penitenciales. Pero doña Susana no iba allí a pedir disculpas, ni a cubrirse de ceniza y vestirse de saco, como hizo el rey de Nínive para demostrar su arrepentimiento y su temor por el juicio final. La presidenta iba !a que le dieran un premio!

Y no solo eso, porque doña Susana se llevó además un lametón en las orejas, ya que en su intervención institucional, el presidente de los empresarios del mármol, Antonio Martínez, agradeció su presencia en el acto asegurando que “para un sector comprometido con su tierra como es el nuestro, es muy importante sentir el respaldo de nuestros gobernantes”.

Pues si somos capaces de llamar “respaldo” al impago y al abandono infraestructural, excuso decirles que en Sevilla no solo pensarán que tenemos lo que nos merecemos, sino que encima nos gusta. Sin apremios y con premios.

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