José
Fernández
Periodista
Uno
da por hecho que los rumores sobre adelantos electorales son, a la
herpetología, como el zumbido avisador en las serpientes de cascabel que veíamos
en las películas del oeste: un preludio para la secreción y el mordisco. Y como
uno ya acumula unas cuantas precampañas, sabe bien que estas semanas son escenario
abonado a la declaración prescindible, al exceso y la sobreactuación política, costumbres
que llenan las hemerotecas de bochornos de amplio registro y generoso
despliegue tipográfico.
Susana Díaz |
Lo
bueno es que en algunos casos extremos de secreción no hay que esperar a que el
paso del tiempo haga madurar los matices y otorgue solera de bochorno a la
idiotez dicha. Algunas ocurrencias merecen ya el marchamo de la Gran Reserva apenas
48 horas después de pronunciadas. Y así, dentro de la oleada de obsequiosidad y
reverencia que caracteriza a los grandes funcionarios de cualquier régimen, el secretario
provincial del PSOE de Córdoba, Juan Pablo Durán, se acaba de despachar ante la
prensa explicando así la dulce espera del anuncio del adelanto electoral de la presidenta
Susana
Díaz.
“El PSOE
siempre le ha dicho al presidente de la Junta , en este caso la presidenta, que hagan lo
mejor siempre para Andalucía, y estoy seguro de que la decisión que ella tenga
que adoptar será la mejor para Andalucía, que no le quepa la menor duda a nadie”.
Irreprochable ejercicio de culto a la lideresa, que sólo podría ser mejorado, a
mi juicio, salpicando la frase con algún “Su Excelencia” y añadiendo, como
colofón genuflexo, la metáfora de la lucecita en el Palacio de San Telmo, igual
a la que en tiempos de la
Oprobiosa jamás dejó de lucir tras el ventanal de un despacho
del Pardo.
Ahora,
igual que antes, los andaluces y andaluzas miramos con agradecimiento a la
llama que nunca se apaga y esperamos con disciplina y entusiasmo el esperado
momento de acatar sus órdenes. La
Infalible ya piensa por nosotros. Podemos seguir durmiendo.
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