Antonio Felipe Rubio
Periodista
Ante
los sorprendes resultados del CIS que otorgan a Podemos la posición de segunda fuerza
política nacional se abre una nueva estrategia de consolidación para un partido
nacido de aluvión y que ahora se afana en la fidelización de su variopinta,
inquieta e inestable parroquia.
En
las dictaduras; las de izquierda y derecha -da igual-, siempre se ha pretendido
la captación clientelar mediante posiciones de privilegio a beneficio sectario.
Franco lo hizo con el economato de gremios, Stalin con las cooperativas
proletarias y Chávez con la mezcla de ambas. Y, ahora, con la proliferación del
comercio on line, cheques regalo, socio Premium, oferta estrella… Podemos
reinventa el economato del posfranquismo con la inminente aparición de “GO
Ejido” (GO, del verbo “ir” en inglés).
Pablo Iglesias |
¡Tiemble
Amazón! Podemos ofrece en El Ejido una oferta para “socios afectos” que
consiste en la adquisición a precios bajos en la compra de televisiones de
plasma, lavadoras, cocinas… y productos agrícolas, fitosanitarios, maquinaria,
plásticos, semillas, transporte internacional… y electricidad, combustibles… y
pisos, parcelas… y préstamos dinerarios, entidad de ahorro, fondos financieros…
O sea, un proveedor generalista que utiliza argumentos de ahorro para la
captación de clientes que habrán de estar sujetos a una normativa que, con toda
seguridad, incorporará cierta imbricación política.
Aprovechando
el Movimiento 15-M, Podemos comenzó a alborear su proyecto. El 15-M, con sus
asambleas, talleres, tribus urbanas, guarderías, avituallamiento, centros
logísticos… se convirtió en la protogénesis de una Christiania (ciudad “libre”
de Copenhague). Sin embargo, el proyecto de campamento estable, por su
ubicación, era inviable; pero, dejando atrás visionarias iniciativas, había que
aprovechar esa masa crítica, cabreada, contestataria y ácrata que jamás había
pensado visitar una urna por su condición antisistema. Y, en eso, llegó la
“racionalidad” materializada en brillantes profetas universitarios
“masterizados” en Ciencias Políticas; es decir, ilustrados conocedores de la Historia que condujo a
Hitler al poder desde el desencanto y la desorientación del pueblo germano; o
la seducción criminal de Stalin desde el comunismo salvaje; o el movimiento
bolivariano que sume en la pobreza y espejismo de libertades a un pueblo que
mira a los que les permiten vivir como semidioses con transmutación en
pajarito.
Proyectos
políticos periclitados: fascismo, comunismo, bolivarismo… no soportan alquimia
posible en el matraz europeo. Y habrá que ver cómo se alambica el experimento
griego, especialmente ahora, cuando el Banco Central Europeo les cierra el
grifo de la financiación (a un paso del corralito). No obstante, el experimento
“GO El Ejido” no está mal pensado para una sociedad fuertemente dependiente de
la financiación para el desarrollo de la actividad industrial agrícola. Y, si a
esto le sumamos una ayuda en precios de la cooperativa y el economato, se
habría alcanzado un modelo más moderado/civilizado del corporativismo sectario
que, en otras ocasiones y geografías, se dirime por el incondicional afecto o
la muerte civil.
Si
sale con barba, San Antón; si no, la Purísima Concepción.
Aquí siempre habrá argumentos para justificar las iniciativas. Un
economato/cooperativa siempre es una fuente de financiación si se gestiona con
arte y oficio, y ambas cualidades han resultado brillantes y productivas para
los dirigentes de Podemos, aventajados y bien estipendiados en consultorías,
proyectos y diseños revolucionarios. Sería ocioso pensar que estos “listos”
esperan rentabilizar el abultado apoyo de la encuesta del CIS con cuotas de los
que “dicen” apoyarles. Eso es bastante virtual para los virtuosos de lo
contante y sonante. Así que, GO Podemos.
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