Emilio Ruiz
www.emilioruiz.es
La
incultura política nos lleva a veces a banalizar términos y expresiones hasta
prostituirlos. Nos pasó a principios de la década pasada con la palabra
sostenible. Cualquier problema encontraba la respuesta adecuada en ese término.
De esa forma, la ignorancia se evaporaba con el remedio sostenible para todo.
Ahora,
los jóvenes políticos han encontrado otra solución para los problemas que
aquejan a la sociedad: consultar a las bases. Las bases se han convertido en la
pócima que cura las carencias hasta de los más ignorantes. A la secretaria
general de Podemos en Sevilla, Begoña
Rodríguez, le han preguntado si en su proyecto figura el mantenimiento de la Semana Santa. “Eso
lo tendrán que decidir los círculos”. Y de un círculo humano alrededor de su
casa se ha librado la pobre si no llega a rectificar a tiempo.
Izquierda
Unida se encuentra estrujada por el síndrome de Podemos. En sus filas hay, como
es lógico, partidarios y detractores de gobernar en coalición con el PSOE. En
su día, las bases se pronunciaron por el Gobierno conjunto. Pero Julio Anguita y Alberto Garzón han trabajado duro para el cambio de criterio.
Al
nuevo secretario general de la coalición, Antonio
Maíllo –en la foto-, le han preguntado por su opinión al respecto. Y el
joven dirigente, echando mano una vez más del manoseado librillo, ha descargado
la decisión sobre las bases, convocadas en referéndum para el mes de junio. Y Susana Díaz, que ha demostrado que es
más lista que ellos, les ha dado con las puertas en las narices. ¿De qué se
quejan, pues?
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