Emilio
Ruiz
Treinta
y cinco años han pasado desde las primeras elecciones locales tras la dictadura
franquista. En este tiempo, solamente cuatro personas han tenido el honor de
ocupar el sillón presidencial de la Plaza Vieja : Santiago Martínez Cabrejas (PSOE), Juan Megino (PP), Fernando
Martínez (PSOE) y Luis
Rogelio Rodríguez-Comendador (PP). Los tres últimos siguen aquí, con
nosotros, y gozan, afortunadamente, de muy buena salud. Santi nos ha dejado
esta semana.
El
proceso de selección de candidatos y de elección de alcaldes en el municipio
más importante de la provincia, el de la capital, da para varios tratados.
Algún día nos contarán Juan Megino y Luis Rogelio Rodríguez –seguramente
cuando éste deje también la política- algo sobre sus relaciones de amor/odio. Y
sobre esa aparente intensa amistad que podía arder ante cualquier cerilla que
se le acercara. También nos contarán algún día Fernando Martínez, José
Antonio Amate y Juan
Carlos Usero las interminables batallas internas en las que se
embarcaba el PSOE cada vez que había que hacer una lista.
Fausto Romero-Miura fue el
candidato de UCD en las elecciones de 1979. Las ganó, pero sólo sacó 11
concejales de 27. Juan Antonio
Gómez Angulo, que era el jefe provincial de la UCD , le prometió que, si
perdía la alcaldía, le haría presidente de la Diputación. No fue
ni una cosa ni otra. Lo traicionaron. Sobre aquello, Fausto tiene muchas cosas
que contar. También, sobre aquel momento de agobio en el que ofreció la
alcaldía de Almería a Laudelino Gil (PSA)
con tal de que no fuera Santiago
Martínez Cabrejas.
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