Francisco
José Fernández de la Cigoña
Infovaticana
Adolfo
González Montes no me puede ver. Lo entiendo perfectamente. Le he dado hasta en
el carnet de identidad. Pero el problema está en si le he dado con razón o sin
ella. Porque si había razón debería corregirse y no encabronarse con quien le
dice verdades.
Hoy,
un almeriense me refiere historias que ya han sido traídas a este blog por
otras personas. Y el obispo no debería recurrir de nuevo a una caza de brujas
sino examinarse de si hay verdad o no en lo que se dice. Si todo es falso pues
a no hacer caso y ofrecerlo para su propia santificación. Y si la hubiere pues
a cambiar.
Adolfo González, obispo de Almería |
Sé
muy bien que hay personas que odian a sus obispos sin motivo alguno e incluso
por motivos inconfesables en los que toda la razón está con el obispo. A mí me
llueven denuncias a las que no cabe prestar el menor crédito. Pero con González
Montes llueven sobre mojado. Hay notables coincidencias.
No
avalo lo que voy a transcribir. Será cierto o no. Pero hay demasiada
coincidencia en las denuncias. Pienso, además, que el obispo debería
conocerlas. Claro que podría hacérselas llegar en privado pero teniendo en
cuenta que el obispo no quiere saber nada de mí tampoco yo tengo que tener mayores
consideraciones con él.
Esto
es lo que hoy me dicen y coincide exactamente con lo que otros me han dicho
anteriormente:
“El
Sr. Obispo D. Adolfo se presentó a los seminaristas como “Príncipe de la Iglesia ”. Qué lejos de lo
que se supone son los nuevos aires del Papa Francisco. Yo
no se si tiene algún oscuro complejo pero sí manía de grandezas. En
el tríptico que entrega a los confirmados aparece en primera su foto y en otra
su escudo y cuando lo describe. uno de los cuarteles dice que son las
armas de su familia (su padre era fotógrafo).
La
obras del palacio episcopal no se sabe la de años que llevan con ellas. Eso sí:
todo lujo de detalles, buenos mármoles, puertas de madera con el escudo
grabado. Parece
ser que quiere imitar al Papa en lo de la misa en Santa Marta pues del oratorio
que había en palacio ha pasado a una enorme capilla añadiéndole lo que era el
salón de la biblioteca.
Hace
unos años implantó los ejercicios a la curia a los que él asiste. Se suelen dar
en una capilla de la catedral. Los sacerdotes en los bancos y él en un sillón
de terciopelo, si hace algo de frío se le pone una estufa para el solo.
Qué
quiere que le diga que me imagino vd. ya sabe pero el nuevo estilo del Papa
Francisco no es muy asumible por nuestros obispos acostumbrados a rodearse de
quienes nunca los van a contradecir.
Así
estamos en la diócesis, un clero desanimado, los mayores dejados de lado y los
jóvenes en plan trepa. Una pena. Como dice el Papa recemos para que esto se
arregle. Ojalá fuera verdad que lo trasladaban y nos mandaran un pastor-pastor.
No hace falta que sea tan intelectual que sea padre y pastor con eso nos
conformaríamos. Menos obras y más acercarse a sus curas”.
¿Es
todo una calumnia? Es posible. Pero sería una calumnia repetida. Los
almerienses tienen un modo fácil de comprobarlo. ¿Proliferan los escudos
episcopales de este obispo de tan ilustre y fotográfica prosapia? ¿Hay más que
de sus antecesores en la diócesis? ¿Es todo una infamia para tirar ayer en el
pozo? Lo del pozo y ayer los almeriense me lo entenderán.
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